Un personaje de ficción (3)
domingo, 02 mayo 2010
Madeleine tenía ocho meses por delante para conseguir las muestras. Mientras tanto la canción sobre el embarazo tuvo tiempo de tener éxito. Tenía un estribillo pegajoso que decía: «¿de quién será? ¿de quién será?, mi be-bé. Soy su mamá, soy su mamá, pero el papá es un des-co-no-cido». Como era ilegal comparar el ADN en Francia en secreto y sin consentimiento de los protagonistas, consiguió uno en el extranjero que le dijo que lo mejor era una muestra de saliva.
El problema era obtenerla y con toda la droga que consumían ya no tenían ni saliva. Pensó en guardar las colillas de los cigarrillos que tanto fumaban, pero se dio cuenta de que hasta las colillas las compartían. Se le ocurrió cortarles un cachito de pelo mientras durmieran y así lo hizo con algunos, pero dos se habían rapado la cabeza y no había manera de sacar suficientes muestras. Uno era guitarrista y tenía las uñas largas. Se le ocurrió cortarle una uña cuando durmiera y así lo hizo. El último era su amante preferido y con él tuvo más oportunidades de obtener una muestra de saliva y así lo hizo.
Su vientre fue creciendo ante la mirada atónita del grupo y ella diciéndoles que todos iban a tener un hijo que se llamaría, que se llamaría, Dreama o Dreamo, pues quiere decir música feliz. La niña nació a los siete meses y estuvo en incubadora hasta que recuperó el peso normal. No se parecía a nadie salvo a la madre, pero no tenía el color del pelo ni de los ojos ni de la piel de ninguno de los otros cuatro. Parecía más bien un japonesito o un chinito extraterrestre. Las muestras viajaron por correo urgente y en secreto a un laboratorio fiable en Austria. Se sentía como cualquier Sherlock Holmes o Colombo y su corazón latía más rápido de los nervios.
Una semana después llegó el ansiado análisis que era categórico: el bebé no podía ser de ninguno de los cuatro padres potenciales. Habían detectado un máximo de 25% de similitud con cada uno de ellos (lo cual curiosamente daba un total de 100%), pero para determinar la paternidad con seguridad había que llegar al 90% de similitud en los cromosomas. Inesperado y tranquilizante a la vez. Dreama sería su hija y la hija del grupo como lo había deseado. Todo sería más fácil así. Mientras quemaba los papeles recién recibidos y veía el humo llevarse el secreto, se dijo que ese colorín colorado hubiera podido ser el comienzo de una nueva canción.
1 comment
JE je, no me acordaba si se podía hacer mucho más de 200 palabras, se termino la serie :-)
buen domingo Nelson
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