domingo, 24 enero 2010
Muerto de furia
El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos, Francisco de Quevedo Siempre fue difícil complacerlo. Desde pequeño fue un tirano con sus hermanos: celoso, egoísta, dominante y peleador. En el colegio, igual: quería mandar en los juegos, era pesadísimo con los profesores, exigía buenas notas, pero no estudiaba suficientemente. Hasta con el profesor de historia se peleaba, ya que si hubiera sido Julio César, Napoleón o Bolívar, él hubiera hecho todo diferente. Estudió derecho para cambiar el país y fue de izquierda para cambiar el mundo. Se casó...