domingo, 06 octubre 2013
El último
En un día frío, lluvioso y gris, como hoy, enterramos al último tininuya y con él a su idioma ancestral. Los dos se extinguieron el mismo día. Muy pocos fuimos al cementerio: las lingüistas especializadas en hablas en peligro de extinción que estudiaban su dialecto y yo que me ocupaba de recolectar sus memorias. Ellas eran las más tristes como los demostraban sus ojos rojos de tanto llorar. Yo me sentía traicionado. El indígena vivía en una vieja casa de estilo colonial en un barrio antiguo pero que la frenética construcción de edificios residenciales estaba dejando sin rastro del...