domingo, 14 febrero 2010
Afónico
Había perdido la voz y no lograba encontrarla. Le sucedió después de encontrarse con una periodista muy bonita y simpática en un estudio de radio. Cuando ella lo quiso entrevistar, se quedó con las palabras en la punta de la lengua y sin decir ni mu. Tuvieron que improvisar, pasar publicidades, llamar de urgencia a un médico, pero no decía nada. Le golpearon la espalda para ver si era un atoro, sin resultado. Los bomberos vinieron a darle primeros auxilios. Uno muy fornido le dio respiración boca a boca sin éxito. Lo internaron en un hospital de sordomudos. Por la noche cuando apagaron...