Cambio climático
martes, 22 diciembre 2009
Con las noticias de la reciente conferencia de Copenhague, me ha quedado la impresión de que los países se han comportado como los participantes a una asamblea de copropietarios de una propiedad horizontal donde la habitación común es nada menos que el planeta Tierra.
En las reuniones de copropietarios se habla de los gastos reales, de los costos, de los presupuestos, de las obras urgentes que hay que emprender y de otras menos urgentes que se pueden posponer. Los gastos se reparten en general proporcionalmente a la superficie ocupada por cada participante, pero hay casos en los que la repartición es diferente, como por ejemplo los ascensores que les cuesta más caro a los que viven en las plantas más altas que a los que viven abajo.
Siempre hay unos que no quieren gastar y se oponen a todo ya sea porque no tienen dinero o piensan vender o por tacaños o irresponsables. Otros que teniendo apartamentos pequeños no dudan en votar ciertos gastos pues saben que su parte va a ser reducida o que acaban de llegar y quieren mejorar el estado de la construcción.
Cuando toca reparar el techo, las ventanas o la fachada, los de las plantas bajas no entienden que tienen que participar en los gastos de los pisos de arriba así ellos no vivan ahí. ¿Por qué tengo que pagar por un andamio si yo vivo en la planta baja y puedo pintar yo mismo mis ventanas con una simple escalera? Unos quieren mantener en buen estado el inmueble, a otros les importa menos pues no viven ahí y solo quieren recibir el pago de un arrendamiento reduciendo al mínimo los gastos.
Esto de mantener nuestro planeta en condiciones adecuadas para que en él puedan seguir viviendo nuestros descendientes durante muchos siglos es un asunto serio que se debe tratar con soluciones a largo plazo y no solamente teniendo en cuenta la próxima elección local o nacional.
http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=1...
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