Identidad francesa
jueves, 24 diciembre 2009
En una velada en casa de amigos esta semana, donde varias nacionalidades estaban representadas incluyendo a franceses que viven aquí o en el extranjero pero estaban pasando vacaciones por aquí, no sé por qué, llegamos al tema de lo que más caracteriza a los franceses. Cada cuál daba su opinión. En lo que coincidimos fue en que los franceses son muy contestatarios y les gusta llevar la contraria. Si alguien dice algo, un francés primero dirá NO y luego empezará a debatir para quizás llegar a estar de acuerdo con lo que primero negó o dirá «Oui, mais» y dará toda una argumentación sobre el tema. La mayoría discute por el placer de discutir. Es un espíritu que ama la polémica. ¡Curiosa manera de relacionarse! Un francés en lugar de decir «hace frío», dirá «no hace calor», y en lugar de decir «esa chica es bonita», dirá «esa chica no es nada fea». Lo bueno es que aquí en general se puede discutir de todo sin temor a terminar dándose puños ni sacando cuchillos o pistolas para callar al contrincante. He tenido que enfrentarme con algunos franceses de este tipo en asociaciones sin ánimo de lucro y puede ser muy extenuante hasta el punto de preferir tirar la toalla que luchar y gastar energía sin sentido. Por ese mismo motivo este es un país difícil de gobernar. Cuando la mitad del país está contenta con el gobierno, la otra, evidentemente, está en contra y critica todo lo que hace. Ese balance entre un lado y otro mantiene al país en una dirección que no es sino la suma de las fuerzas que se enfrentan. Para mí es muchísimo más constructiva esta actitud que las guerras extremas que se ven en otras partes, incluyendo mi país, donde se trata simplemente eliminar físicamente al adversario en lugar de buscar un compromiso para el bien y la supervivencia de todos.
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