NN
martes, 12 enero 2010
If there is anything in the world more annoying than
having people talk about you,
it is certainly having no one talk about you.
Oscar Wilde
Su vida había pasado por períodos de subidas y bajadas que duraban más o menos diez años. Fue el único hijo de una familia de clase media que lo tenía muy consentido, en un mundo protegido de la adversidad hasta el divorcio de sus padres. A partir de ese momento le tocó vivir en internados que no pudieron compensar la ausencia de su madre encerrada en un manicomio y de un padre demasiado ocupado con sus negocios y su nueva mujer.
A los veinte años empezó a estudiar una carrera de moda, gracias a la cual consiguió un trabajo bien pago y un círculo de amigos que lo apreciaban por su simpatía y nivel de vida; sus fiestas eran famosas. Se casó con una hija de ricos políticos que le abrieron las puertas de muchos negocios interesantes y al reconocimiento de la alta sociedad. Su foto salía a menudo en las revistas chismosas junto a actores, artistas, escritores, cineastas, periodistas y otra gente de mundo muy popular.
A los treinta años decidió cambiar de vida completamente, harto de la visibilidad superficial que había alcanzado. Vendió todo, se divorció y se fue a viajar por el mundo. Terminó ese primer periplo a los cuarenta años en una isla del Caribe donde era un desconocido y donde se instaló poco a poco, sin querer, abriendo un hotel restaurante para recibir a turistas del mundo entero. Vivía con una francesa que tenía una peluquería muy chic en su hotel donde se peinaba y maquillaba la gente adinerada del lugar. Nunca quiso tener hijos; prefería la independencia. Su negocio creció en notoriedad. Se dejó implicar en actividades sociales y culturales de la isla hasta entrar en la política. Su influencia crecía al mismo ritmo que su gordura y riqueza. La mafia resultó involucrada en sus negocios y sin darse cuenta estaba convirtiéndose en un lavador de dinero sucio. Una corazonada y los comentarios indirectos de la prensa local lo pusieron en la pista de la manipulación y logró, arriesgando su vida, alejar las malas influencias.
Harto de tanto escándalo a los cincuenta años decide abandonarlo todo, incluyendo a su mujer, e irse a vivir a un pueblo a la orilla del Amazonas donde nadie lo conocía. La vida apacible en medio de la naturaleza salvaje le fue consumiendo sus energías y sus nervios cansado de luchar contra traficantes de animales, contrabandistas y políticos inescrupulosos y corrompidos.
A los sesenta años regresa a su ciudad de origen con muchísimo menos dinero que con el que partió, a un lugar donde ya nadie lo conoce, donde sus antiguos amigos ya están muertos o viven lejos de ahí, donde solo hay gente que tiene una forma de ser extraña y novedosa para él, pero en busca de lo que nunca logró en su vida agitada y aventurera: encontrarse a sí mismo.
3 comments
Impresionante.
La busqueda de si mismo es seguramente lo mas dificil ....hay muchos que no lo consiguen , y recorrer el mundo me parece que no sirve para nada quizas el aislamiento y la meditacion...
Muy buen relato senor :-)
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