Mente recursiva
lunes, 29 marzo 2010
Casi me quedo encerrado para siempre en un bucle infernal. Estaba en un restaurante con un grupo de amigos o colegas con los que aparentemente seguía un cursillo. Mi esposa también comía con nosotros y creo que uno de mis hijos. Habíamos pedido un plato y nos trajeron otro, la cuenta no cuadraba, se demoraron en servir. Era un mal restaurante o quizás un día de demasiados convives. Pagamos y nos fuimos, no sé si a pie o en carro. En cierto momento en medio de la conversación vi como si fuera una publicidad en segundo plano a la que no le había puesto cuidado que me encontraba metido en un televisor o en un cine y un chofer de una camioneta repartidora de mercancía decía algo a unos policías que lo iban a multar. No entendí muy bien pero le noté un acento español del Cono Sur. Estábamos en una ciudad blanca al borde del mar. Desperté y me di cuenta de que estaba en el cuarto de una casa extraña y lo que había visto era en realidad el sueño de un tipo que se acababa de levantar sorprendido. Fue a la cocina en la penumbra. Otra persona salió a su paso y claro me volví a despertar en otro lugar saliendo del sueño de otra persona. No sé en cuantos sueños estuve viajando pero al final afortunadamente me desperté de mi propio sueño. Vi la hora. Recordé que habíamos cambiado al horario de verano y me volví a dormir. No recuerdo haber soñado de nuevo, pero el susto que me di fue grande. ¿Habré salido completamente de esos sueños encajados como muñecas rusas o mesas nido o funciones matemáticas recursivas?
2 comments
sueños , sueños son, con acento de cono sur ;-)
plusieurs niveaux de conscience,ou d'inconscience!
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