Insólito
domingo, 20 junio 2010
Se despertó en un lugar extraño, como una unidad de cuidados intensivos de un hospital. Todo era blanco o metálico: paredes, cortinas, lámparas y muebles. Había aparatos de medida que indicaban los signos vitales de cada paciente. Se sentía cansado. Quiso mover los brazos pero estaba atado a la cama con correas. A su izquierda había una cama con otro paciente dormido. A su derecha se encontró con los ojos abiertos de una mujer que lo miraba fijamente:
- Hola. Soy María. ¿Cómo te llamas?
- No me acuerdo. ¿Dónde estamos?
- En el Hospital Militar Universitario de Huelva, en el Campus del Carmen. Llevo más de un año aquí. Espero salir pronto. Pon cuidado a todo lo que te diré para que se lo cuentes a ese otro cuando se despierte. La mayor parte de lo que sé me lo contó un hombre que estaba a mi derecha y que ya dieron de alta mientras que tú dormías profundamente.
- Lo único que sé es que estaba en la Facultad de Derecho y que salí corriendo hacia un sitio secreto al que entré por una puerta disimulada en un jardín camino de la playa. El resto es un vacío total en mi cabeza.
- También tengo un recuerdo vago de una carrera desde la playa hasta aquí durante las festividades de San Juan. Todo lo anterior se me ha borrado de la cabeza.
- Al menos recuerdas tu nombre. ¿Qué más sabes?
- Ese nombre me lo dieron los médicos que pasan a vernos cada noche. Tú y yo, el hombre que se fue y seguramente el tío que está durmiendo al otro lado hemos venido aquí voluntariamente para participar en un experimento militar secreto de lavado de cerebro. Al comienzo del proyecto murió mucha gente que no aguantó el tratamiento. Según parece habíamos tenido una vida muy difícil y nos han escogido para hacernos renacer dándonos una nueva oportunidad.
- ¿Qué habremos hecho?
- No sé. Algo malo o doloroso o insoportable, porque ¿para qué aceptar que nos borren la mente? Espero que haya sido un éxito y podamos volver a vivir libre y normalmente. Parece que los primeros que sobrevivieron al tratamiento terminaron locos.
- Vaya, vaya. ¡De eso se trata! Al menos la limpieza del cerebro ha sido un éxito. Espero que no hayan borrado más de la cuenta y que todavía sepa correr, leer y contar.
- Parece que el choque más fuerte será cuando veamos nuestras caras en el espejo. No nos reconoceremos pues nos han practicado cirugía plástica para que nadie nos descubra. Tendremos una nueva identidad y no volveremos a cruzarnos con nadie que nos haya conocido antes.
- ¿Qué edad tenemos?
- No sé. Pareces de unos treinta y pico de años. ¿Y yo?
- Diría que tienes esa misma edad.
En ese momento entraron al cuarto un grupo de enfermeras, se llevaron a María en una camilla, corrieron las camas a la derecha y al fondo pusieron a un nuevo paciente.
Inspirado en http://actualidad.orange.es/insolito/un_preso_de_la_carce...
3 comments
Une histoire ubuesque,qui fait froid dans le dos...
tout peut arriver!.........
Bon dimanche Nelson
no entendí ;-)
Para mañana tengo preparado otro insólito. ;-)
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