Trabajo y placer
lunes, 31 octubre 2011
No deja de sorprenderme que siempre haya alguien que ama el tipo de trabajo que otros odian. Por eso es mejor conseguir a la persona que quiere hacer algo que dárselo a alguien que no tiene ganas. Eso no quita que uno se puede ver obligado a aceptar un trabajo para poder comer. Me considero con suerte por haber podido trabajar en cosas que me gustan.
Volví a pensar en esto hace poco que llevé mi carro a que le cambiaran los neumáticos del verano por los de invierno. Fue un sábado por la mañana. Cuando llegué ya había cola. Pasé en total menos de una hora, pero vi como trabajaba esta gente desmontando y montando ruedas sin parar. Un trabajo físico agotador a pesar de las herramientas modernas. Yo terminaría en la cama y con pesadillas de ver lidiar con llantas todo el día. Cuando caiga la primera nieve, va a ser peor, pues mucha gente deja todo para el último momento y ahí sí que las colas van a ser largas.
Parece que la búsqueda de la perfección en el trabajo o en lo que se haga da mucha felicidad sea cual fuere el trabajo. Curioso de todas formas.
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