Canícula
viernes, 03 julio 2015
Es increíble cómo se viaja aquí sin cambiar de sitio. Cuando llegué, la primavera estaba muy bien instalada. Me sentía en Bogotá en un día soleado o en Ibagué cuando llueve y hace fresco. Después la temperatura empezó a subir, primero lentamente y en estos últimos días, como flecha. El viaje a Tierra Caliente comenzó. Sentimos como si estuviéramos bajando de Bogotá hacia Girardot. Nos llegó el clima de Gigante con ese bochorno que invita a dormir. Ya estuvimos en Neiva con ese calor que no deja ni dormir. Pronto llegaremos a Barrancabermeja con ese calor de plomo sin brisa perceptible. A ver si volvemos a subir a Tierra Fría sin movernos de aquí antes de que nos funda el sol veraniego.
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