Fin de semana en París
jueves, 08 octubre 2015
¡Qué agradable es París en otoño! Sin demasiados turistas. Clima soleado y fresco.
Viernes por la tarde paseo por el barrio de la Mouzaia en el distrito XIX cerca del metro Danube. Lugar tranquilo con pinta de pueblo antiguo, con callejuelas sin salida que llaman villas. Casas de uno o dos pisos con jardín exterior e interior construidas en una colina donde hubo minas y por esa razón no tenían derecho de construir edificios altos. Me recordó el barrio Belén de Ibagué u otros conjuntos residenciales de otros tiempos.
Por la noche concierto de amigos de Diego en el Festival Humanist SK #5 con mezcla de música electrónica y acústica. Ben y Wassim improvisaron con percusiones y un teclado electrónico. Otros dos amigos tocaron marimba y guitarra con efectos electrónicos. Estaba lleno de jóvenes artistas, algunos con sus hijos pequeños.
Comida cerca del metro Belleville en un restaurante español cuya patrona Ramona de 75 años con ayuda de su hija sigue atendiendo una clientela fiel. La paella muy buena. El lugar un poco estrecho y ruidoso.
Sábado paseo por los muelles del Sena en dirección al Instituto del Mundo Árabe. Visita de la exposición sobre Osiris: misterios sumergidos de Egipto. Muy interesante muestra de vestigios descubiertos en el fondo del mar en el delta del Nilo donde existió una ciudad y un templo dedicado a este dios. Hace muchos siglos un maremoto destruyó y sumergió la ciudad y sus templos. Recientemente excavaciones submarinas lograron sacar a luz unos tesoros antiguos muy valiosos. La presentación bien hecha, no es larga ni recargada. Se puede seguir con audioguías que van explicando cada conjunto. Me llamó la atención la equivalencia de los dioses egipcios con los griegos y la continuidad de estas dos civilizaciones. Las ceremonias de Osiris que celebraban su muerte y resurrección me parecieron muy parecidas a la Semana Santa cristiana. No me extrañaría que esos ritos tengan relación siendo mucho más antiguos los egipcios.
Almuerzo libanés en la cafetería del Instituto pero no muy bueno. Paseo por l'Ile de la Cité oyendo todo tipo de idiomas. Café cerca de los muelles con sus bouquinistes y regreso a casa para descansar.
Del 21 de septiembre al 4 de octubre había la promoción Tous au restaurant. En los restaurantes participantes dos personas comen por el precio de una. Estuvimos en un bar de tapas que no estuvo mal. Un poco caro, pero a mitad de precio no se puede uno quejar.
Después visita de algunas actividades de la Nuit blanche. En un local cerca del restaurante había proyecciones en las paredes y unos personajes que mimaban reacciones nucleares. Frente a la alcaldía mayor habían instalado unos bloques de hielo multicolores que representaban el calentamiento global y amanecieron derretidos. En una boca del metro había tejidos de lana blanca con etiquetas y lápices para dejar mensajes o contestar preguntas. Lo que más me gustó fue ver unas palabras formadas con gotas de agua que caían sobre la gente en medio de un puente. Muy ingenioso. Tenía el principio de las impresoras de puntos.
Domingo tranquilo con paseo por los muelles del canal del Ourcq y el barrio indio con almuerzo en uno de sus restaurantes. Luego deambular sin rumbo fijo en el barrio de Montmartre admirando a los pintores. Menos mal que no había demasiados turistas. Las viñas de Montmartre van a estar en vendimia en estos días. Quedan muy cerca del viejo cabaret Le lapin agile que es deformación de Le lapin à Gill por el nombre del caricaturista André Gill que pintó el famoso conejo.
Regreso matutino en avión. Al llegar a Orly apenas comenzaba a aclarar el día. No deja de sorprenderme estas grandes ciudades llenas de gente.
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