Trampantojo
miércoles, 26 octubre 2022
En un curso sobre arte que estoy siguiendo virtualmente desde la pandemia, Gustavo Lozano, el expositor, nos habló de la historia de Zeuxis y Parrasio de quienes habla Plinio El Viejo. Es una historia que yo conocía, pero ya se me habían olvidado los detalles.
Estos antiguos pintores griegos organizaron un concurso para ver cuál de los dos era el mejor. El primero pintó un cuadro de uvas tan real que vinieron unos pájaros a picotear el lienzo creyendo que eran reales. El segundo pintó un cuadro que estaba cubierto por una tela. Zeuxis quiso mirar lo que había debajo, pero al tratar de levantarla se dio cuenta de que se trataba de una tela pintada. El primero logró engañar a unos pájaros, pero el segundo engañó a un ser humano que además era artista. Parrasio ganó el concurso por supuesto.
Por eso me acordé de una anécdota que me sucedió hace años. En una clase de pintura pinté un lápiz en una tablita a escala 1:1 y muy realista con su sombra, colores y todo. Me gustó el resultado. La dejé en una mesa o escritorio. Un día alguien (¿Georges?) que la vio quiso coger el lápiz para escribir algo. Por supuesto, se sorprendió al darse cuenta de que era una pintura. Ahí les dejo una copia. Voy a volverla a poner a la vista para ver si alguien cae otra vez en el trompe-l'œil.
No tiene título, pero se me han ocurrido:
-Esto no es un lápiz
-No soy un lápiz, pues me pintó Nelson
-Tampoco soy una pipa
-Lápiz, cero
Unas compañeras de la clase de arte, Clory, Claudia, Leonor y Ruth, me propusieron estos otros:
-El lápiz de hacer mis tareas
-Mi lápiz preferido marca “Nelson Mirado”
-No soy un lápiz, pues me pinto
-Pinto, luego existo
-¿Soy o no soy?
Y ustedes, ¿qué opinan?
2 comments
El lapiz te da la respuesta con su trazo
Gracias, Ruth.
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