Arte y cultura
domingo, 19 marzo 2023
Estudiando la historia del arte, no solo conocemos los recursos plásticos para la representación pictórica o escultórica, sino que nos acercamos a civilizaciones tan diferentes de las nuestras que nos dejan pensando en nosotros mismos. Es un poco como cuando estudiamos idiomas; a través de ellos descubrimos un nuevo mundo.
La objetividad es muy difícil y quizás imposible, ya que vemos todo a través de nuestros ojos y experiencias. No se puede juzgar la forma de pensar de otros siglos con la mente de hoy. Es como quien condena a los conquistadores españoles siendo que los que llegaron a América tenían mentalidad de la Edad Media y todo lo veían con el prisma del catolicismo, la inquisición y las guerras de religión de esa época.
Igualmente comparar, por ejemplo, a los indios que erigieron antiguos templos con figuras eróticas en Khajuraho con los indios de hoy en día es ilusorio. Seguramente algo les queda de esa mentalidad, pero son otros hombres. Las generalizaciones son peligrosas por supuesto. Lo he sufrido cuando oía decir hace años por aquí que los colombianos éramos traficantes de droga y mafiosos, como si los actos de unos pocos definieran a todo un país.
He conocido muchos indios desde que llegué a Europa tanto de estudiante como en el trabajo. En Colombia, en realidad, conocí muy pocos extranjeros, ya que dejé el país cuando tenía 24 años. Recuerdo en el primer verano en Francia que estuve en unos cursos intensivos de francés con compañeros de clase de muchos países. Entre ellos había varios indios. Unos parecían salir de ese mundo ancestral con su cabello largo, sus barbas, sus túnicas o su delgadez y otros parecían verdaderos europeos por su vestir y forma de ser. Uno de estos últimos nos dijo en un descanso que no todos los indios eran como uno de sus compañeros que parecía un monje hindú.
Lo interesante de hablar y conocer gente que piensa tan diferente a mí es precisamente relativizar mis certitudes y tratar de profundizar el conocimiento de los seres humanos. Difícil tarea. Hay tanta manía de querer vivir en un mundo uniforme que hasta se están reescribiendo libros para que sus palabras no ofendan a los contemporáneos. Hace poco vi en televisión un documental muy interesante sobre la representación del sexo en el arte de occidente. El hecho de que durante un tiempo la iglesia católica mandó a tapar los sexos de esculturas y pinturas es muy diciente.
Espero seguir sorprendiéndome de tanta variedad de pensamiento y formas de ser. Creo que solo he visto una ínfima parte.
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