domingo, 04 noviembre 2012
Gourmet
«Perdone, ¿dónde está la sección de ciencias?», preguntó el niño. La bibliotecaria sonrió al ver un lector tan joven interesarse por esos temas. Le indicó la sección correspondiente y se olvidó de él hundiéndose en sus papeles. La sala estaba llena de estudiantes silenciosos leyendo libros gordos de todo tipo, haciendo tareas o conectados a la Internet en largas filas de terminales informáticos. El pequeño buscó entre los manuales de química sistemáticamente hasta que encontró el que necesitaba. Por fortuna estaba en uno de los estantes de abajo. Pasó las páginas hasta llegar...