Ese símbolo del ahorro
viernes, 20 agosto 2010
Tiene varios nombre: alcancía, hucha, ladronera, cepo, cepillo, cofre y no sé qué otros más. Lo cierto es que sirve para guardar dinero de a poquito y cuando está llena tiene uno para alguna compra importante. Una de mis hermanas compraba unas alcancías de barro grandes en forma de cerdo y las iba llenando con monedas. El día que decidía romperla le ayudábamos a contar la plata recaudada haciendo pilas de a diez o veinte monedas del mismo valor. Ahí aprendí que no debía poner billetes con monedas pues terminan destrozados. A mí, estando pequeño, me regalaron una de madera muy bonita pero nunca llegué a llenarla por sacar las monedas por la rendija a un ritmo más rápido que para meterlas. En un pub de Ferney tienen un botellón de vidrio para poner monedas con el fin de recoger fondos para una asociación que ayuda a minusválidos. Para contribuir a llenarla hacen una rifa que gana quien adivine el total recolectado o quien se acerque más al valor. En una mudanza recuerdo que los empleados que ayudaron a preparar las cajas nos dieron una alcancía de uno de mis hijos pues no quisieron hacerse responsables de llevar dinero. Supongo que estaba en el contrato aunque la alcancía era pequeña y tenía pocas monedas. En Francia hay una asociación que recolecta las monedas amarillas, es decir de menor valor, para ayudar a una obra caritativa; para eso entregan alcancías de papel que uno llena voluntariamente y a su ritmo. Ahora ya no me acuerdo por qué me puse a escribir sobre este tema. ¿Será que estaba pensando en llenar una alcancía de barro para comprarme algo dentro de unos meses? ¡No sería mala idea!
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