Por fin en la sin salida
martes, 24 agosto 2010
El hombre se estrelló contra la pared del callejón sin salida y cayó desmayado mientras la policía llegaba en su busca. Lo venían persiguiendo desde la librería donde lo vieron salir corriendo sin saber qué pasaba pero con los atracos que habían sucedido últimamente no dudaron un segundo en pensar que tenían delante de ellos al ladrón. El hombre había entrado a comprar un libro sobre cómo escribir una novela en noventa días pues quería participar en un concurso literario. Estuvo tan contento y tan apresurado que salió corriendo para empezar de inmediato su obra. Los policías gritaban alto ahí, manos arriba, pero el hombre no se daba por enterado ya que era medio sordo. Le había llegado la noticia del concurso por correo electrónico y la idea de escribir desde el final hacia el comienzo le pareció divertida. Era aficionado a la escritura pero se sentía muy inmaduro para obtener un buen puesto. Sin embargo le gustaba participar y tener la ilusión de que iba a ganar. Ser profesor de literatura desempleado lo tenía frustrado y nervioso. Si ganaba el concurso podría olvidarse del trabajo de profesor y dedicarse a escribir como cualquier Cervantes. El premio era gordo. Cuando por fin se dio cuenta de que lo estaban persiguiendo, vio a los agentes con sus pistolas desenfundadas y oyó un par de tiros al aire, se asustó mucho pero en vez de parar corrió más rápido y se equivocó de calle. Al voltear se encontró frente a la sin salida y no tuvo tiempo de frenar. Cuando se despertó en la ambulancia había perdido completamente la memoria y su historia se había esfumado para siempre.
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