Un ruidito ratoncillesco
domingo, 05 septiembre 2010
Cuando entré en el almacén de alimentos exóticos latinoamericanos, andaba huyendo de una banda que me quería matar. La ventera gritó cuando me vio entrar. Aproveché la sorpresa que le di para escabullirme corriendo hacia el sótano. Bajé las escaleras de prisa buscando el lugar más oscuro en ese desorden increíble. Todo estaba amontonado como si lo hubieran tirado desde arriba. Paquetes de harina, de tortillas, de frutas, de gaseosas, de botellas de cerveza y no sé qué cantidad de productos apilados por doquier. Esperé detrás de unos bultos atento al menor ruido en la oscuridad con la esperanza de tener la oportunidad de escapar o contraatacar si fuera necesario. La mujer encendió la luz tratando de localizarme. La oí subir pidiendo ayuda. Bajó al rato acompañada de dos jóvenes armados de escobas y palos. Yo estaba transpirando pues sentí que mi fin estaba próximo. Uno de ellos me vio y gritó: «¡ahí está! ¡No hay que dejarlo escapar!». Corrí como pude buscando un lugar más en el fondo. Ellos hicieron una barrera con los bultos para impedir que subiera en un descuido. Creía que ya no me veían ni oían. De pronto sentí que me enviaron un balde enorme sobre la cabeza. Creo que grité y traté de correr en cualquier dirección para escapar. Entonces me metieron en el balde y me levantaron del piso sin que yo pudiera defenderme. Por más de que pataleé no podía subir por las paredes lizas del recipiente. Cantando victoria los tres subieron las escaleras. Imaginé que me iban a matar a golpes, pero no, tuve suerte. Resultaron ser unos jóvenes muy pacíficos. Me llevaron por las calles céntricas de la ciudad hacia un parque vecino y me depositaron en libertad cerca de un seto donde pude salir corriendo sin que nadie me atacara o persiguiera hasta ahora. Trataré de no volver por esos lados si logro sobrevivir de la basura que tiran por aquí a menudo. Es que ser un ratón en zona urbana tiene sus riesgos.
1 comment
Me gustó mucho , no había leído el título asi que la sorpresa de la caída fue genial. Bravo!
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