Noël au balcon, Pascuas junto al fogón
jueves, 24 diciembre 2015
Hoy parece un día de primavera. La única diferencia es que cayó la noche más temprano. Una señora que nació aquí me decía que cuando era niña también hubo navidades similares. Claro que es más bonito cuando todo está blanco cubierto de nieve. Hace como veinticinco años nevó justo el 24 de diciembre y en pocas horas nos sentimos verdaderamente en invierno. Una vez pasamos Navidad en la montaña en un ambiente de tarjeta postal.
¿Será el calentamiento global? Si los países no cumplen las promesas que hicieron en la COP21, ¿qué será del planeta? Este tipo de pregunta me está dando ideas para una novela futurista sobre un mundo nuevo.
Es como la película Regreso al futuro II que hace unas semanas fue recordada ya que coincidía la fecha con la llegada de Marty McFly al futuro. Es angustioso para muchos pensar en estas cosas. A mí me divierte imaginar a la humanidad dentro de un siglo. Aunque fuera un adivino y con una bola de cristal leyera lo que va a pasar, daría lo mismo pues no estaremos vivos para esa época. Leer lo que escribieron los futurólogos hace cuarenta años muestra lo equivocado que uno puede estar. Julio Verne imaginó progresos tecnológicos que se hicieron realidad pero no resultaron como él pensaba.
Ojalá llegue a escribir esa novela. Por lo pronto estoy documentándome y dejando vagar mi imaginación.
2 comments
La existencia de ese refrán nos indica que las Navidades calurosas no son del todo una excepción, pero ¿tanto como este año?
A mí no me divierte pensar en el futuro, tú es que eres muy optimista.
Lo bueno de pensar el futuro es que uno se puede imaginar lo mejor o lo peor a partir de nuestra experiencia. Creo que es una forma de reflexionar sobre el presente y el pasado. Seguro que soy más optimisma que pesimista pues tenemos una dosis de casa cosa.
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