viernes, 25 septiembre 2009
Necrofagia
Hoy estoy medio macabro. Fue a raíz de una conversación que tuve sobre los gusanos que comen cadáveres. Mi interlocutor decía que esos gusanos están en el interior del cuerpo humano y que cuando uno se muere, salen a comérselo a uno. Decía que eso pasa con cualquier carne que se pudre al aire libre. Me pareció extraño eso de que uno viva con gusanos en el interior que solo esperan nuestra muerte para atacarnos. Está claro que el sistema inmunitario ataca a los microbios que intentan invadirnos y que es por eso que los enfermos del SIDA corren tantos riesgos de morir por cualquier infección ya que sus organismos no tienen defensa o está muy debilitada.
Como soy muy curioso y no me contento con que me digan que la causa de la descomposición son las bacterias o que es una cuestión bioquímica, me puse a buscar más información al respecto. Afortunadamente existe Google que responde a tantas preguntas en pocos segundos.
En esta página lo explican con mucho detalle:
http://www.guichetdusavoir.org/ipb/index.php?showtopic=30...
Resulta que la descomposición comienza, como me lo esperaba, por los intestinos, donde las bacterias que nos permiten asimilar los alimentos sí proliferan. (Por eso lo primero que hacen los momificadores y disecadores es sacarle las tripas al muerto.) Como el cuerpo ya no puede defenderse, los ataques se extienden por todo el interior. Después viene la emanación de olores por la carne en descomposición que sirve de señal para que otros animales que viven fuera del cadáver sean atraídos y pongan huevos en el cuerpo. ¡Son esos huevos los que se convierten en gusanos! Lo curioso es que según el grado de descomposición, los olores cambian y otro tipo de animal viene a continuar el trabajo que dejaron sin terminar los anteriores, hasta que al cabo de dos o tres años no queda más que los huesos.
Los animales responsables de todo esto, después de las bacterias que ya tenemos dentro estando vivos, se llaman (traducidos burdamente del francés):
Hongos saprófitos, bacterias de mineralización, dípteros (moscas verdes, a cuadros, azules...), sarcofagianos, derméstidos (pequeños escarabajos) y algunos lepidópteros, escuadrones de corietianos y silfianos.
Estos datos deben de ser muy útiles en medicina legal cuando se quiere datar la muerte de una persona a partir del estado del cadáver. ¡Qué horror y qué asco!, pero es la realidad.
16:25 Anotado en Naturaleza | Permalink | Comentarios (3) | Tags: biología, bioquímica, descomposición
Comentarios
berk.. hoy paso leí hasta los intestinos ;-) Viiiiiiiiiiernes
Anotado por: Vivi | viernes, 25 septiembre 2009
Pero todos estos animalitos que se relamen los bigotes con nuestra sabrosa carne, están en una monstruosa hambruna porque la incineración se hace cada vez más universal y frecuente...
¿Hay bacterias u otros bichos que comen cenizas?
Saludos
Fernando
Anotado por: Fernando Fernández | viernes, 25 septiembre 2009
Interesante observación que merece investigación. Lo cierto es que enterrar a los muertos fue de por sí el primer paso hacia la civilización del hombre de las cavernas. Nuestros ancestros prehistóricos fueron caníbales. La incineración es otro avance de la civilización. Los huesos estorban y nadie quiere ver la muerte de frente. Hay que esconder a los viejos y hacer desaparecer a los muertos. Si fueramos inmortales ya no cabríamos en el planeta. Curiosa evolución cultural.
Anotado por: NV | sábado, 26 septiembre 2009
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