sábado, 27 abril 2024
Relatividad del tiempo que pasa
Comentando con amigos de mi edad sobre el envejecimiento, recordé que hace más de diez años oí decir que uno no debería contar la edad en años sino en logaritmos de los años. La curva no es rectilínea. Sube rápidamente al comienzo para ir inclinándose, buscando la horizontal como queriendo parar el tiempo.
Los cambios en la niñez son mucho más importantes que en la juventud y cada año aporta muchas más experiencias novedosas que enriquecen nuestras vidas. Esa curva refleja esa sensación, como también que la diferencia de edad entre dos personas pierde importancia con el tiempo.
Otro amigo comentó que le parecía mejor calcular en logaritmo de base dos, pues en informática contamos en potencias de dos y almacenamos la información en bits. Así los valores enteros de 1, 2, 3, etcétera son como pisos que uno alcanza a subir con el avance de la edad. A los dos años se llega al primer piso, a los cuatro, al segundo, a los ocho, al tercero, a los dieciséis, al cuarto y a los 64, al sexto piso para quedarse ahí, ya que no llegaremos a los 128 años necesarios para estar en el séptimo piso.
Las personas más longevas de las que tenemos constancia fueron la francesa Jeanne Calment que murió con 122 años, seguida por la japonesa Kane Tanaka con 119 años, acercándose mucho al séptimo piso. Para los que creen en la Biblia, tenemos el caso de Matusalem que con 969 años llegó al piso 9.
Otro intelectual decía que él prefería contar los años que le quedan por vivir comparando la edad que tenía con la esperanza de vida en ese momento, ya que como esta última aumenta, a él le iba quedando teóricamente cada vez más años por vivir. Una especie de ilusionismo.
Por supuesto que todo esto es arbitrario. Contamos en base diez porque tenemos diez dedos en las manos, pero los babilonios contaban en base veinte y aún hoy en euskera se usa de alguna manera el conteo por grupos de veinte. Creo que en wolof se cuenta en base cinco y alguien me dijo que en danés también se usa un conteo con base veinte (releyendo a Henriette Walter, en su excelente libro L’aventure des langues en Occident, veo que sí).
Un año no es más que la revolución de la Tierra alrededor del Sol. Podríamos contar la edad en estaciones o en lunas. Tenemos por suerte todas estas convenciones comunes que nos permiten contar y entendernos.
https://es.wikipedia.org/wiki/Matusal%C3%A9n
https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Personas_verificadas_...
https://fr.wikipedia.org/wiki/Henriette_Walter
22:28 Anotado en Elucubraciones, Recuerdos | Permalink | Comentarios (2)
Comentarios
Me quedo con la base logarítmica y un punto de inflexión en los 70.
Anotado por: María | domingo, 28 abril 2024
Puntos de vista en efecto. :-)
Anotado por: NV | domingo, 28 abril 2024
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