jueves, 12 abril 2012
L'Enfant d'en haut
Me gustó más la primera película de esta joven directora suiza. En esta no pude entrar en la trama completamente, pues me pareció inverosímil y artificial. La actuación es buena. El tema hubiera cuadrado más con un ambiente de Tercer Mundo y no en la rica Suiza donde los niños están tan protegidos y vigilados.
L'Enfant d'en haut
Date de sortie 18 avril 2012 (1h 37min)
Réalisé par Ursula Meier
Avec Léa Seydoux, Kacey Mottet Klein, Martin Compston
Genre Drame Nationalité, Français, suisse
Synopsis : Simon, 12 ans, emprunte l’hiver venu la petite télécabine qui relie la plaine industrielle où il vit seul avec sa sœur Louise, à l’opulente station de ski qui la surplombe.
Là-haut, il vole les skis et l’équipement des riches touristes qu’il revend ensuite aux enfants de son immeuble pour en tirer de petits mais réguliers bénéfices.
Louise, qui vient de perdre son travail, profite des trafics de Simon qui prennent de l’ampleur et devient de plus en plus dépendante de lui...
martes, 10 abril 2012
Les Acacias
Demasiado lento y aburrido. Entiendo que el director quiere dar la idea de lo pesado que es el trabajo de camionero y de las dificultades de los emigrantes, pero no me convenció. Está bien filmado pero sin contenido real. Es su primer filme. Ganador de la Cámara de Oro en el Festival de Cannes.
Les Acacias
Date de sortie 4 janvier 2012 (1h 25min)
Réalisé par Pablo Giorgelli
Avec Germán De Silva, Hebe Duarte, Nayra Calle Mamani
Genre Drame, Nationalité Espagnol, argentin
Synopsis : Sur l’autoroute qui relie Asunción à Buenos Aires, un camionneur doit emmener une femme qu’il ne connaît pas et son bébé. Ils ont devant eux 1500 kilomètres, et le début d’une belle histoire.
domingo, 08 abril 2012
Contra el teatro
Lo digo con orgullo, casi sin pena: comer ostras me produce una aversión parecida a comer carne de caballo. Los amantes de las ostras se reúnen junto a una mesa llena de esos moluscos, hablan, comparten un cuchillo especial para abrirlas, las rocían de limón, se las tragan crudas, y yo siento el estómago que se me vuelve un ocho. Parafraseando a Héctor Abad Faciolince en una de sus últimas columnas en El Espectador: «Quiero salir corriendo. Parado junto a ellos no me meto en la acción: veo un espectáculo ridículo, caduco, un muerto en vida. Los que odian los sapos, los que no soportan siquiera su vista, reconocen que el sapo es un animal inocente, inofensivo, incluso útil. Si a veces destila una leche venenosa, ésta puede producir eczema, pero casi nunca es mortal.»
Sé que rara vez la gente se enferma o muere por comer ostras, a lo sumo sufren una fuerte indigestión y sin embargo me repelen. Prefiero comer pinzas de cangrejo o caracoles y si me apuran hasta ancas de rana, pero a las ostras no le veo el chiste. Dicho sea de paso, tampoco me atrevo a comer hormigas santandereanas.
En todo caso prefiero un buen plato de mejillones cocidos en su caldo acompañado de papas fritas a la francesa y un buen vino blanco frío. En Navidad y Año Nuevo se estila mucho comer ostras por aquí. A mi esposa le encantan pero rara veces le acolito sus antojos acompañándola al mercado de Ferney o al de Divonne para verla comer ostras mientras yo como otra cosa o me hago el tonto mirando a otro lado. Entiendo perfectamente que ella prefiera ir con gente que disfrute comiéndolas y no conmigo que lo que hago es incomodarla y hasta estorbar.
¡Ostras! No tengo nada contra los que comen esos animales inofensivos ni me molesta tocar un collar de perlas naturales. No me incomoda verlos vivos o en fotografía, pero ya en mi boca me cuesta mucho pasármelos. Lo intenté muchas veces y hasta logré comerme varias en una sola cena, pero no le saco gusto. No hay nada que hacer. También dejo claro que quiero y respeto a muchos aficionados a las ostras y no pido que piensen como yo. ¡No faltaba más!
No creo que gane muchos enemigos con esta nota, pues la gente acepta que por cuestión de gustos culinarios no hay disgustos. Otra cosa sería si escribo que no me gusta el teatro o las corridas de toros o los partidos de fútbol o las mujeres o el tango o las misas. Seguro que más de uno me trataría de ridículo, oportunista, insensato, provocador, utilitarista, ofensivo y hasta de pobre intelectual como he leído por ahí con motivo del artículo que mencioné al comienzo y que me inspiró esta nota.
Hay mucha intolerancia suelta, pero por más que a uno no le guste nada algo, siempre encontrará a otros que piensen lo contrario. En estos casos siempre recuerdo a dos personajes famosos: Schopenhauer y Voltaire. Al primero por un librito muy interesante escrito en 1864 que se titula Dialéctica erística o el arte de tener razón, expuesta en treinta y ocho estratagemas y al segundo por esta frase que se le atribuye: Je ne suis pas d’accord avec ce que vous dites, mais je me battrai jusqu’à la mort pour que vous ayez le droit de le dire.
08:00 Anotado en Elucubraciones, Teatro | Permalink | Comentarios (0) | Tags: intolerancia, ostras, voltaire, schopenhauer