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miércoles, 23 diciembre 2015

Pintura fresca

NV-IMP936.jpgEs una pesadilla que hay que vivir cuando no hay más remedio. La oportunidad de botar cosas inútiles o que uno no ha usado durante años al extremo de haberlas olvidado por completo. Menos mal que todavía tengo fuerzas físicas para trastear corotos y cajas de un sitio a otro.

Este ha sido un año de obras como nunca había tenido en mi vida. Tumbar cocinas, baños, tinas, sanitarios, abrir muros, romper pisos, instalar duchas, comprar muebles, tirar cosas, pintar paredes, comer polvo, ordenar, empacar y desempacar objetos y ropa.

Ni hablar de las sorpresas que uno se encuentra enterradas o tapadas detrás de ladrillos. Tubos que deberían haber estado empotrados en los muros surgen entre escombros, aeraciones inexistentes que hay que crear, paredes podridas por dentro por culpa de infiltraciones, cemento mal mezclado y convertido en arena, registros de agua inaccesibles y bloqueados, escapes de agua, dolores de cabeza y gastos imprevistos.

Admiro a los que son capaces de realizar estos cambios sin temores y a los que pueden realizarlos por sí mismos pues son muy «manitas». Por eso los masones, plomeros y «toderos» son tan valiosos. Cuando uno encuentra un buen profesional, responsable, cumplido, perfeccionista y eficaz, es una suerte y debe asegurarse sus servicios. En Bogotá y en Ginebra tengo esas «perlas raras».

Hoy se supone que terminamos esta etapa con la esperanza de que no tengamos que reanudarla en muchos años. La mejor solución sería vender y mudarse a un apartamento nuevo. Quizás sea así la próxima vez.

Cuando todo vuelva a un lugar más o menos definitivo, vendrá la labor de inventario informatizado con la que sueño. Poder encontrar las cosas en el puesto que me indique el computador y no tener que buscar por todas partes pues lo mantendré actualizado. Será otra oportunidad de tirar cosas y crear más espacio, aunque «la naturaleza tiene horror al vacío». Soñar y nada más.

martes, 22 diciembre 2015

Se acerca el fin del año

NV-IMP935.jpgYa es un tópico decir que el tiempo vuela. Me doy cuenta una vez más al ver lo poco que escribí en el blog este año. Tengo en espera varias notas sobre películas o espectáculos que he visto o libros que he leído además de comentarios sobre lo que va pasando. No sé cómo hacía para escribir cotidianamente al comienzo. Mis horarios estaban mejor organizados o me las ingeniaba para robarle tiempo al tiempo. Ahora que tengo todos los días disponibles para mí se me van en un abrir y cerrar de ojos.

Esto es un diario abierto que tengo tan abandonado que los pocos lectores que tenía se habrán esfumado. Voy a intentar retomar el ritmo de escritura pues me hace falta y se me olvidan las ideas por no plasmarlas en el papel electrónico. Claro que escribo o preparo escrituras fuera del blog, pero este ejercicio es bueno para practicar regularmente y entrar en contacto con ciberamigos. Ya veremos.

domingo, 13 diciembre 2015

Conciertos de adviento

conciertos, cantoNo sabía que la comunidad coreana fuera tan numerosa en Ginebra que hasta tienen iglesia. Tampoco sé si comparten el edificio con otras comunidades protestantes. Este es el sitio http://www.geneva-koreanchurch.org/

Anoche fue el concierto de Navidad de esa comunidad. El programa tenía canciones de compositores europeos como Händel o Ennio Morricone o canciones tradicionales inglesas o alemanas. Lo que me sorprendió fue que cantaran casi todas en coreano. Es gracioso reconocer la música y no la letra. En una de ellas parecía que decían chinchulines. Cantaron también en inglés, alemán e italiano. A veces me pareció que gritaban demasiado, pero en general me pareció muy bien.

Eran casi veinte coristas. Uno de ellos, un bajo extraordinario, cantó en solo acompañado por una pianista un canto profundo y fuerte que nos hacía vibrar física y mentalmente. Vaya dominio de la técnica y voz.

Fue gracias a unos amigos que estuvimos allí. Entre los cantantes reconocí a un colega de trabajo y luego entre el público a otro colega que yo creía que era japones, pero ahora tengo dudas. Al final nos ofrecieron un aperitivo.

Hace ocho días fue con mi coro que cantamos en Onex en una pequeña capilla que nos ha recibido tres años consecutivos. Cantamos en español.

Es muy diferente estar cantando y estar sentado escuchando. Las canciones de Navidad no son mis preferidas, pero cuando la melodía y arreglo son bonitos, no hay problema.

13:49 Anotado en Espectáculos | Permalink | Comentarios (0) | Tags: conciertos, canto