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domingo, 22 julio 2012

Vuelo transatlántico

sensaciones, cuatro manosComo una esponja andamos por la vida absorbiendo recuerdos. Estamos cansados del viaje tan largo. Nos rodean unas doscientas personas con las que viajamos con destino a Colombia pero nuestros verdaderos destinos son múltiples, secretos y hasta misteriosos. Seguramente muy variados e imprevisibles pero interesante futuro. Dos jóvenes --un francés y una italiana-- se han conocido gracias al azar de haber sido puestos juntos por los caprichos del sistema informático; un anciano va al lado de un nene que podría ser su bisnieto.  Pero todos satisfechos de haber podido sentarse y al fin de cuentas descansar de tanto agote de maletas, pasaportes, conexiones y otros contratiempos. Nuestros sueños también viajan aquí o se han quedado en casa o están de vacaciones o se han perdido de tanta ida y vuelta entre América y Europa. Están esperando en un rincón de nuestro interior. El duende de la escritura creativa se ha disfrazado de lápiz electrónico y ha puesto una frase masculina seguida de una femenina en esta página para sacar de su rincón interior ese sueño que se realizará en estas vacaciones. Misterio, suspenso, emoción y cuantos segundos, minutos, horas pasarán para que la magia se realice. Aquel espera concretar un negocio muy importante para su empresa, aquella regresa definitivamente a su país como consecuencia de la crisis económica, este acaba de divorciarse y viaja para olvidar, ¿y yo? Sentada esperando llegar y ver a nuestra familia deseosa como yo de encontrarlos y disfrutar de la vida en nuestra querida y agitada Colombia. El mundo se ha encogido, el tiempo se ha estirado, los años son pesados para mis pies que tanto han andado, bailado, recorrido. Bueno los años han pasado, se me olvidaba que hace unas horas me encontraba con una serie de dolores en mis articulaciones y me estoy dando cuenta de que ya como que desaparecieron; espero que al bajarme del avión no los vuelva a encontrar. Si hubiera sido aviador quizás estaría ahora pilotando este Airbus A340-300, pero ¿quién estaría sentado en este puesto 29J? Si hubiera sido monja a lo mejor estaría en un convento en ejercicios espirituales o quién sabe en que situación y este señor de al lado que es mi esposo ¿andaría en qué compañía? Mejor dejar volar la imaginación para que llegue a su destino, mientras mi cabeza masculina sufre de pensar que tendrá que adaptarse al nuevo horario y no podrá dormir bien la noche entera durante una semana por lo menos.