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miércoles, 03 marzo 2010

Catástrofes naturales

NV-IMP616.JPGTerremotos, maremotos, tsunamis, vendavales, incendios, inundaciones, derrumbes, inviernos o veranos rigurosos están presentes en las noticias últimamente. No sé si es por la facilidad con que hoy uno se entera de todo, por la publicidad que se le hado desde hace un tiempo al cambio climático o por el pánico que se contagia fácilmente que me he puesto a pensar en este tema más que de costumbre.

Entre los que predicen para ya el fin del mundo (los hubo que nos quisieron asustar al llegar al año dos mil) y los que dicen que todo es exageradísimo y que tenemos mucho tiempo por delante, uno no sabe muy bien dónde está la verdad. Cuando se predice el tiempo localmente, a cinco días de distancia la precisión no es muy buena que digamos. Cuando se predice a un siglo de intervalo, se necesita un modelo matemático del mundo muy complejo. ¿Tenemos datos suficientes para realizar ese modelo?

En estos días un ex ministro francés, Claude Allègre, está promocionando un libro en el que critica lo que él llama la impostura climática. Sin embargo este señor, que es un científico en geoquímica, confía tanto en la ciencia que me parece sospechoso. Según él no hay por qué alarmarse sino ponerse a trabajar para resolver los problemas de hoy que es lo real y concreto. Es tan categórico en sus afirmaciones que no lo puedo tomar en serio.

Tampoco es que crea ciegamente en los ecologista y los que se ganan la vida consiguiendo dinero para sus proyectos científicos adaptándose a los temas de moda. En algún lugar intermedio debe de estar la verdad.