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lunes, 08 junio 2015

De Madrid a Ferney-Voltaire

 

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Ya tengo en casa ejemplares del libro El ojo de la cerradura por si alguien quiere comprarme por la módica suma de 18 euros. Los que viven más lejos, los encontrarán por ejemplo en la Librería Lerner de Bogotá dentro de unas semanas o los pueden encargar desde esta página

Claro que mis ejemplares están aún más calientes e interesantes después del largo recorrido de 1400 y pico de kilómetros que hicieron este fin de semana por carretera soportando temperaturas exteriores de casi 35 grados centígrados. Menos mal que les llegaba unos residuos de aire acondicionado a través de las rendijas.

Al abrir las cajas las palabras se habían derretido y las letras estaban escurridas al fondo del maletero. Las páginas de los libros estaban blancas como un cuaderno de colegio al empezar el año escolar. Me pareció leer cosas raras como el verbo «esparrafundarse» y otros similares. Metí todo con sumo cuidado en una bolsa con hielo y los dejé toda la noche en lo fresco. Hoy parece que han vuelto a lo normal, aunque no me atrevo a leerlos por miedo a encontrar finales y desenlaces diferentes de los que plasmé en su momento. Quizás en lugar de un libro en varios ejemplares lo que haya resultado es una serie de variaciones sobre el mismo tema como esos impresionistas que pintaban la misma escena a diferentes horas del día jugando con el color.

Primero que todo tengo que agradecer a Vera Kujareva y Miguel Ángel de Rus por su amabilidad y acogida, lo mismo que a los asistentes a la animada presentación del 5 de junio en el Café Cósmico: Coni, Elena, Patricio, Teresa, David y los demás que tuve el gusto de conocer en persona. Fue un grupo restringido pero de calidad dada la alta competencia de eventos literarios en la Feria del Libro de Madrid.

09:34 Anotado en Cuentos, Libros, Viajes | Permalink | Comentarios (1)

Comentarios

¡Qué placer conocerte! Una tarde inolvidable que quizás algún día se convierta en relato donde no nos tiren trastos a la cabeza como a tu ratoncito, sino pétalos de rosa y hojas de laurel, que nos los merecemos.
Un gran abrazo desde el Sur abras(z)ador.

Anotado por: Elena Marqués | lunes, 08 junio 2015

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