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sábado, 23 octubre 2010

Carné de viaje: Balance

NV-IMP695.JPGSabía que mi nivel de árabe no era suficiente para conversar con los cairotas por las calles porque el árabe que ellos hablan no es el clásico. Es más, nadie habla árabe clásico en el mundo árabe fuera de los religiosos que estudian El Corán. Cuando estudié ruso e iba a presentarme al examen final de aptitud lingüística en ese idioma en 1996, tenía un nivel apropiado para poder entender y hacerme entender en las calles de San Petersburgo, pero además el idioma ruso que estudiaba era el ruso actual.

Aquí en El Cairo la gente habla árabe egipcio con la ventaja de que es una variante que todos los árabes conocen a través del cine y la televisión. Tiene muchas diferencias con el clásico y muchas similitudes. La fonética y la gramática son más simple. Al cabo de dos semanas mi oído se ha acostumbrado al idioma y mis conocimientos se han despertado al contacto con el medio árabe local. Como si fuera poco, cuando busca una palabra en árabe a veces encuentro la palabra pero en ruso. ¡Qué lío!

El ritmo de trabajo (4 horas diarias), los profesores (dos hombres y dos mujeres, muy amables, pacientes y competentes), el tipo de clase (individual) fueron buenos y creo que revisé mucho y algo avancé. Por otro lado, dos semanas es corto sobre todo si uno quiere pasear y conocer, el clima resultó caliente y a ratos sofocante (pensaba que en esta época del año iba a ser menos rudo), por lo tanto no pude estudiar mis lecciones con seriedad. Eso sí, caminé y conocí mucho. El centro de la ciudad me recordó al Bogotá de los años sesenta que conocí cuando iba a acompañar a mis padres al centro, como también la parte antigua de grandes ciudades como México, Buenos Aires o Madrid. Pero una ciudad como El Cairo donde casi nunca llueve y con tantos millones de habitantes termina siendo muy sucia. Lástima.

Quedé con ganas de seguir aprendiendo el árabe clásico y desde luego el dialecto egipcio. A ver cómo me va con las clases en Ginebra a partir de enero del 2011. Si logro organizarme (a pesar de que el que mucho abarca poco aprieta), creo que estoy motivado para seguir estudiándolo. Quisiera volver dentro de unos años para conocer otras regiones pues los mismos cairotas me dicen que todo fuera de la capital es más bonito que aquí.

08:00 Anotado en Viajes | Permalink | Comentarios (4) | Tags: estudio, idioma, árabe

jueves, 14 octubre 2010

Por qué estudio árabe, 14/10/2010

NV-IMP692.JPGPorque me gusta aprender idiomas, porque me es útil en el trabajo, porque tengo la posibilidad de estudiar idiomas en mi trabajo, porque a través del idioma se conoce mejor la cultura y las costumbres de los pueblos y se pierde al miedo a lo extranjero, porque es un buen ejercicio y reto intelectual.

El progreso de la humanidad no ha sido siempre creciente; ha tenido sus altos y bajos. La libertad y las comodidades que hoy algunos pueblos disfrutamos, pueden desaparecer, disminuir o aumentar según el camino que tome la historia. Es interesante comparar las sociedades para entender el mundo de hoy e imaginar el de mañana.

Claro que a mi edad se aprende con más dificultad que con un cerebro más joven y me queda poco tiempo para estudiar seriamente. Espero que estas dos semanas de inmersión me sirvan para recuperar el tiempo perdido y para decidir si continúo o no.

07:46 Anotado en Lengua | Permalink | Comentarios (1) | Tags: árabe, idiomas, viajes

miércoles, 13 octubre 2010

Carné de viaje: a donde fueres haz lo que vieres

NV-IMP691.JPGEse proverbio se aplica muy bien al cruce de las calles del Cairo. Si se tiene la suerte de encontrar una esquina donde esté un policía de tránsito, en general, se puede pasar sin problemas teniendo un poco de paciencia. De todas formas la gente atraviesa en medio de la circulación, los pasajes peatonales son de decoración. No se sabe quién le pone cuidado a quién; parecen dos mundos que se ignoran. En la gran plaza de la Independencia (Midan Al-Tahir) me tocó seguir a otros peatones osados para poder atravesar. Después me di cuenta de que se puede pasar por debajo de las avenidas a través de las entradas de la estación del metro. Ahora me pego al primer grupo que se atreve a atravesar y confiando en ellos llego al otro lado sano y salvo. Ayer vi una moto que se estrelló con una bicicleta en una callejuela sin importancia. El de la bicicleta cayó al suelo con todo y compras y el motociclista más un policía y un transeúnte lo ayudaron a ponerse de pie y recoger sus pertenecías.

Estuve visitando el museo egipcio con su increíble tesoro arqueológico del antigüedad. Viendo tantas joyas, ofrendas, sillas y amuletos para el viaje a la eternidad de los faraones me quedé pensando en el Museo del Oro de Bogotá y en las guacas donde enterraban a los indios con sus joyas y pectorales. ¡Qué deseo de inmortalidad, qué miedo a la muerte, qué poderío enterrado con piedras y joyas! Es como si a uno lo enterraran con el PC, el teléfono celular, la televisión plana, la antena parabólica y tantas cosas materiales que para un hombre moderno son ahora tan importantes.

17:24 Anotado en Viajes | Permalink | Comentarios (0) | Tags: egipto, el cairo, árabe