lunes, 08 febrero 2021
Sentir que es un soplo la vida
«Que veinte años no es nada», como dice el tango Volver de Gardel, Maldonado y Le Pera. Y aquel otro tango de Alfredo Le Pera: Mi Buenos Aires querido/ cuando yo te vuelva a ver/ no habrá más penas ni olvido. Me caen muy bien estas canciones, ya que hace veinte años estábamos en Buenos Aires, Argentina, con un grupo de doce fanáticos de tango pasando quince días de locura. En esa época, yo ya llevaba más de veinte años viviendo en Francia. ¿Qué tal?
Coni y yo habíamos comenzado a aprender este baile en 1999 con Pablo Inza y Verónica Alvarenga a quienes habíamos conocido en un festival de tango en Lausana y habíamos invitado a Ferney-Voltaire para dar un curso intensivo durante un fin de semana con la asociación Encuentro de dos mundos. Gracias al entusiasmo contagioso de Hélène seguimos organizando durante cuatro años clases semanales y cursillos intensivos con muy buenos profesores europeos, argentinos y hasta de Turquía. El grupo fue creciendo al igual que la motivación. El punto culminante debía ser ese viaje a la meca del tango.
Así nos fuimos Hélène (la verdadera organizadora del viaje y del intenso programa diario), Dominique, Elisa, Fernando, Sylvia, Jacques, Nadia, Thierry, dos parisinos (otra Hélène y Jean-Paul, que siendo este fisioterapeuta a veces daba micromasajes gratis en los descansos), Coni y yo. El mes de febrero no fue la mejor época para ir a bailar en las milongas, ya que el verano porteño es demasiado caliente. Durante los bailes transpirábamos como caballos. De resto, lo pasamos muy bien, gracias al excelente ambiente de camaradería en el grupo y a la calidad humana y profesional de los profesores de tango que tuvimos.
Aunque la ciudad y sus habitantes son muy europeos, en algunos aspectos tienen mucho en común con el resto de Latinoamérica. Los porteños no son como los pintan: son muy simpáticos, serviciales y amables. Parece insólito que un viaje tan largo nos llevara a una ciudad que se parece a Madrid o Roma. Encontramos una acogida y un calor humano extraordinarios.
En realidad, estas dos semanas en Buenos Aires no fueron verdaderas vacaciones. Tuvimos muchas horas de clase y práctica de tango. Quedamos muy contentos con los profesores Nancy y Damián y con Joe Corbata. Vittorio, que nos dio clases de musicalidad en el tango, resultó también ser un personaje único. Las clases fueron muy densas para digerirlas en tan poco tiempo. Íbamos a bailar todas las noches a lugares diferentes en milongas como Viejo Almacén, Gricel, Niño Bien, La Calesita o Sunderland.
Además del tango, todos los días disfrutamos de los encuentros con los porteños y cada ocasión quedó marcada por anécdotas: la gentileza de los comerciantes, las charlas con los taxistas, tan orgullosos de su ciudad y país, que nos aclararon y explicaron muchos detalles de la vida diaria y las dificultades que tienen para salir adelante. No tuvimos problemas de inseguridad, a pesar de que muchas personas nos aconsejaron ser prudentes y vigilantes.
«El tango forma parte de la cultura del país, pero es sólo una pequeña parte. No hay tantos argentinos bailarines de tango, ni tampoco muchas estaciones de radio están dedicadas a él. Es como la java en Francia. Es casi como la salsa en Cuba, que ayuda a atraer el turismo», explicaba Jacques. Hubiéramos querido conocer más el país y no sólo la capital. La única excepción fue la visita al pueblo Colonia de Sacramento en Uruguay, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y que se disputaran españoles y portugueses durante la época colonial.
La cocina no nos decepcionó, ya que pudimos comer mucha carne de buena calidad. En los restaurantes “tenedor libre” se podía comer y repetir de todo por solo cinco dólares. Notamos los problemas económicos en el número de mendigos y en la cantidad de casas y apartamentos en venta. Pocos meses después se dio la crisis económica en ese país con la devaluación y el corralito. En este momento Bogotá se me hace tan parecido al Buenos Aires de esa época, por las consecuencias económicas de la pandemia con muchos negocios quebrados y apartamentos en venta, que temo que todo colapse igualmente. Ojalá que no.
El espectáculo que vimos en ese viaje en El Querandí, gracias a Joe, nuestro profesor de tango, fue formidable. Otro sitio especial fue La Confitería Ideal donde estuvimos el primero y el último día del viaje. Un lugar tradicional donde se bailaba tango desde las tres de la tarde hasta las nueve de la noche. Se parecía al salón de baile de la película Le Bal de Ettore Scola. Las milongas son como las discotecas en Francia: hay buenas y hay malas. Cada una tiene su personalidad. En algunas había tanta gente que no se podía bailar placenteramente.
«Cada pareja tuvo sus momentos de crisis durante el viaje, que se pudieron resolver gracias al grupo. Aprendimos mucho y no solamente en tango. El tango argentino implica una relación distinta y más rica entre el hombre y la mujer. Es una verdadera terapia matrimonial», opinaba Sylvia. El ambiente del tango argentino, su música y la emoción que conlleva son especiales. Tiene muchas posibilidades de expresión e improvisación. Está cargado de cultura, es uno de los reflejos de la realidad social de Buenos Aires.
Además, Coni, Elisa y Nadia cumplieron años respectivamente llegando, en el medio y regresando del viaje. En Ginebra, nos esperaba Georges que también cumplió años en febrero y muy especiales ya que era su jubilación. Da también la casualidad de que nuestro coro en Ginebra cumple veinte años en 2021.
Además de mis recuerdos actuales, estas notas están inspiradas en lo que escribí en el boletín de Encuentro al regreso del viaje. Elisa y Fernando son los que más siguieron con el grupo Almatango que así bautizamos en ese viaje. Pero no todo en la vida es tango. Con el tiempo Coni y yo nos alejamos de Encuentro de dos mundos, Almatango y las milongas, aunque nos gusta bailar de vez en cuando y siempre nos dan ganas de tanguear más a menudo. No creo que volvamos a esa locura tanguera. Como dice una famosa salsa de Rubén Blades: la vida te da sorpresas / sorpresas te da la vida.
08:00 Anotado en Ocio, Viajes | Permalink | Comentarios (6) | Tags: tango, aniversario
sábado, 15 octubre 2016
Frankenstein
No sabía que esta famosa novela había sido escrita en Ginebra hace dos siglos por una mujer inglesa, Mary Shelley. Fue en el frío verano de 1816 que un grupo de poetas e intelectuales ingleses se encontraron en Cologny para visitar los Alpes aprovechando el fin de las guerras napoleónicas que les impedían viajar por Europa. Las pinturas de Turner habían gustado mucho a los ingleses que querían conocer esos lugares pero no podían visitarlos.
Ya que el tiempo helado no se prestaba para estar afuera, el poeta Byron lanzó el reto de escribir cuentos de terror. De ahí salió la famosa novela de ciencia ficción. Durante tres años el clima estuvo perturbado en esa época en todo el planeta por culpa de la erupción del volcán indonesio Tambora. Mary Godwin tenía 19 años, viajaba con el poeta Percy Bysshe Shelley. Su relación amorosa empezó cuando el poeta estaba todavía casado. Fue un escándalo que hizo que el padre de Mary, el filósofo Godwin, se enfadara con ellos durante mucho tiempo. Cuando la primera mujer de Shelley se suicidó, ellos pudieron casarse y ella tomó el apellido de su esposo.
En el museo de la fundación Martin Bodmer aprovecharon el aniversario de la obra para presentar una exposición en el contexto de la época. Me pareció muy bien hecha y muy completa. Había páginas del manuscrito original con correcciones del poeta Shelley, ejemplares de la primera y segunda edición con anotaciones interesantes, retratos al oleo del grupo de amigos, el diario de la autora, cartas de Byron y otros cuadros, documentos y vídeos que daban una idea muy completa sobre la obra y el impacto que tuvo en la época.
Tuve la suerte de asistir a una de las últimas visitas guiadas por el comisario del museo que explicó muy buen las vitrinas y la historia. Libros originales de la época que influenciaron a Mary Shelley estaban reunidos. En algunas vitrinas había obras de otros autores que se inspiraron de Frankestein o fueron influenciados por esta obra. Me llamó la atención unos manuscritos de Borges escritos con una letra pequeñita que han debido de ser muy viejos ya que este famoso escritor argentino perdió la vista.
No conocía este pequeño museo situado en la casa donde vivió el señor Bodmer que era un gran coleccionista de libros. En la exposición permanente se pueden ver ejemplares de libros importantes que han marcado la historia y que son al mismo tiempo un homenaje a la escritura e imprenta.
Me dejó pensando en la suerte que tienen ciertos autores con su creación literaria cuando se encuentran en el buen momento para coincidir con su público y tener éxito. Tener la buena idea en el mejor momento y poderla plasmar por escrito. La autora envió el manuscrito a varios editores pero solo una editorial pequeña especializada en literatura de terror la aceptó. Fue un éxito inmediato. El nombre de la autora no aparecía en la primera edición, no era bien visto que una mujer escribiera.
Frankenstein, créé des ténèbres
du 13 mai au 9 octobre 2016
Commissaires : Prof. David Spurr et M. Nicolas Ducimetière
Scénographe : Mme Stasa Bibic
Fondation Martin Bodmer
info@fondationbodmer.ch
+41 (22) 707 44 36
http://fondationbodmer.ch/expositions-temporaires/expo2016/
C’est durant l’été 1816 que Mary Shelley conçoit, à Cologny, son roman Frankenstein, le Prométhée moderne, expression mythique de l’inquiétude d’un monde confronté à la montée en puissance de la science et de la technologie. A l’occasion du deux centième anniversaire de la naissance de ce chef d’œuvre iconique de la littérature romantique, la Fondation Martin Bodmer consacre une exposition majeure à la genèse de l’œuvre, aux perspectives qu’elle ouvre et aux questionnements qu’elle soulève.
C’est à la Villa Diodati, où séjournait Lord Byron, que Mary Shelley invente un récit d’horreur original et invente un nouveau genre littéraire : la science-fiction. Dans le contexte des fantasmes, des craintes et des espoirs de la médecine et de la science du début du dix-neuvième siècle, elle élabore l’histoire de Frankenstein donnant la vie à un cadavre au moyen d’une « étincelle » d’électricité. Best-seller dès sa parution en 1818, le roman de Mary Shelley continue à frapper les esprits. Les thèmes qu’il aborde sont en effet au cœur des préoccupations littéraires et philosophiques modernes : l’éthique scientifique, le changement climatique, la technologisation du corps humain, l’inconscient, l’altérité humaine, la précarité des sans-abri et des sans-identité.
L’exposition Frankenstein ancre le phénomène de ce roman dans ses origines, celles de l’écrit et de l’imprimé, documents accompagnés de tableaux et de gravures qui reflètent le monde de 1816. Elle présente au public un large éventail d’œuvres littéraires et scientifiques à l’origine des idées du roman de Mary Shelley. Tout en explorant les origines du roman, l’exposition est conçue de manière à évoquer les thèmes sociaux et scientifiques qui restent d’actualité.
Parmi une centaine d’objets exposés figurent les manuscrits du roman et du journal intime de Mary Shelley, l’exemplaire de la première édition de Frankenstein annotée par l’auteur, l’exemplaire à envoi offert à Lord Byron, le portrait original de Mary Shelley et ceux de Percy Shelley, Lord Byron, et John Polidori, ainsi que de nombreuses éditions originales de ces poètes et écrivains réunis à la Villa Diodati en 1816. Il s’agit de l’exposition la plus ambitieuse jamais consacrée au livre et aux thèmes de Frankenstein.
L’exposition a donné lieu à une riche collaboration internationale avec, notamment, la Bodleian Library d’Oxford, la Morgan Library & Museum de New York, la British Library, la National Library of Scotland, la National Portrait Gallery de Londres, la Bibliothèque Nationale de France, et la Bibliothèque de Genève.
L’exposition permanente en quelques mots :
L’exposition permanente retrace l’histoire de la civilisation en proposant un parcours chronologique qui couvre quelques cinq mille ans depuis la découverte de l’écriture, en contraste, dès l’entrée, avec des fossiles vieux de 170 millions d’années.
A travers des exemples choisis de papyrus, de manuscrits, d’incunables, d’éditions originales et d’autographes, le visiteur pourra prendre toute la mesure de ces créations de l’esprit qui façonnèrent l’humanité et qui fascinaient tant Martin Bodmer.
https://fr.wikipedia.org/wiki/Percy_Bysshe_Shelley
https://fr.wikipedia.org/wiki/Mary_Shelley
http://www.gianadda.ch/wq_pages/fr/expositions/ancienne-t...
10:01 Anotado en Exposiciones, Libros | Permalink | Comentarios (0) | Tags: aniversario, ciencia ficción, ginebra
jueves, 28 julio 2016
Año X
15:38 Anotado en Blog | Permalink | Comentarios (0) | Tags: blogosfera, aniversario