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domingo, 16 septiembre 2012

Otro cadáver exquisito

NV-IMP819.JPGEso de construir un relato entre varios es un juego viejo. Los niños lo hacen naturalmente cuando inventan personajes y situaciones entre varios y los van haciendo evolucionar. Jugué también con mis hijos cambiando y mezclando cuentos infantiles en los que poníamos a interactuar personajes de cuentos diferentes según nuestra imaginación. En clases de idiomas algunos profesores nos divertían inventando relatos a partir de trozos de frase que cada alumno iba completando sin conocer todo el cuento.

Por lo tanto lo que los surrealistas inventaron en 1925 con el nombre de Cadáver Exquisito fue solo un nombre nuevo y una formalización de un proceso antiguo. En http://fr.wikipedia.org/wiki/Cadavre_exquis definen, en francés, el proceso como una técnica para jugar entre un grupo de personas que escriben o dibujan una composición en secuencia. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez por los surrealistas en francés: «Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau» (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). La regla decía que cada participante daría una palabra de una clase gramatical dada y en la secuencia indicada: sustantivo, adjetivo, verbo transitivo, complemento de objeto directo y adjetivo.

He participado en varios de esos ejercicios literarios con más de dos participantes. La primera vez, en 2002, escribimos entre 24 amigos un relato muy incoherente pero entretenido. Por una lado la regla era muy restringida pues solo se conocía el capítulo escrito por el anterior y por otro no había límite de longitud para cada capítulo. A mí me tocó escribir después de un autor minimalista que había entregado solo un párrafo. Fue difícil seguir la idea tan sucinta.

El segundo intento fue en 2005 con diez amigos de universidad con los que adaptamos la regla para que todos pudieran leer lo escrito por los demás, limitamos la longitud a un mínimo y un máximo y además todos escribíamos en cada entrega intercalando los diferentes relatos. Aquí el problema fue el desequilibrio entre los autores que tenían más costumbre de escribir y los novatos que no pudieron seguir el ritmo del juego.

El tercer intento fue el año pasado con siete autores, estos sí más duchos en la práctica de escritura, y con reglas similares a las del segundo juego. Aquí algunos dejaron de lado muy rápido su participación, pero al final llegamos un resultado original.

Ahora mismo esty escribiendo una novelita con esta técnica junto con trece autores de Ediciones Irreverentes. Estamos por terminar. Esta vez cada autor escribe un solo capítulo y en un plazo de una semana. Empezamos en junio y dentro de poco me toca el último turno. A ver qué resulta. Tengo pensado proponer unos capítulos cortos para completar el cuadro final.

De cualquier manera, me parece muy divertido y creativo. Cuando el tema es de tipo policiaco, uno se siente metido en una investigación real pues no se conoce muy bien las causas ni las conclusiones y todo va quedando abierto. Parte de la gracia es el de ponerle trampas a los participantes que van detrás de uno. Claro que en el ejercicio actual yo soy el último y me parece que va a ser difícil terminar.

jueves, 21 abril 2011

Otro juego literario

NV-IMP735.JPGYa está casi terminado un nuevo juego de escritura que comencé con varios amigos en diciembre. Es la tercera vez que participo en este tipo de ejercicios y siempre ha resultado divertido, sobre todo ahora que las telecomunicaciones lo facilitan. Se trataba de que cada jugador escribiera cada dos o tres semanas un texto de entre trescientas y tres mil palabras como continuación de dos textos de la ronda anterior que uno no hubiera escrito. Así se fue entretejiendo la trama con la ayuda de la imaginación de todos. La primera ronda era independiente y no había tema ni estilo obligatorio. Al final completamos seis capítulos con cuatro desenlaces distintos en un total de ciento treinta y cinco páginas. Tocará esperar para releerlo todo con un poco de distancia y perspectiva para juzgar el resultado. La principal dificultad fue que todos participaran regularmente, ya que a medida que avanzábamos unos fueron abandonando por varios motivos, en especial la falta de tiempo. A primera vista parece que no salió mal y que también podría interesar al lector que no ha jugado pero que conociendo las reglas hasta podría ir imaginando sus propias continuaciones e interactuando con el texto. Ya veremos el destino de la obra.