miércoles, 01 junio 2011
La revolución de los indignados
¡Caramba! Cómo pasa el tiempo. Si hace cinco años me dicen que hoy estamos como estamos, no me lo creo. La Revolución Francesa comenzó en 1789, en 1793 decapitaron al rey Luis XVI y en 1799 Bonaparte declaró que la revolución había terminado con la creación del Consulado y tras no sé cuántos muertos. Nuestra revolución en la era de la Internet ha logrado cambios más profundos en menos tiempo y además tiene cara de que durará mucho más.
Recuerdo las discusiones en la casba de Túnez con mis amigos antes de que empezaran las manifestaciones que hicieron caer al dictador Ben Ali y su familia, los dominós que iban cayendo después con Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia, Bachar el Azad en Siria. Los manifestantes en Islandia, Madrid, Barcelona, Atenas y otras capitales tan indignados como el francés Stéphane Hessel. Queríamos cambiar el mundo, cambiar de políticos y eliminar la corrupción. Sobre todo queríamos reflexionar para encontrar una solución sin caer en manos de partidos populistas o religiosos oportunistas. Ya no queríamos dejar el poder en manos de unos pocos para reelegirlos o cambiarlos cada cinco años. No, señor. Queríamos una democracia permanente, en tiempo real, como los blogs, el Facebook o Twitter.
Creamos espacios en la web para colgar y debatir ideas, nos enviábamos mensajes a través la televisión o la prensa en pancartas que mostrábamos en las manifestaciones. Así desde la Plaza del Sol despertamos a los griegos.
Había ideas locas como la de prohibir ejercer el poder por más de cuatro años en toda una vida, para así tener caras nuevas e impedir que el poder los corrompa. Se hablaba del ejemplo belga que durante varios años funcionaba sin gobierno lo cual demostraba su inutilidad. Se quiso resucitar el anarquismo y abolir capitalismo, liberalismo, socialismo y comunismo por no haber logrado ninguno de ellos la instauración de una sociedad justa. Las ideas no faltaron y la que menos se pensaba terminó ganando.
Como era la juventud la que había comenzado la revolución, el movimiento tomó el nombre internacional de chababismo. Por eso estamos ahora bajo el régimen del chababismo. El presidente no puede ser mayor de veinte años de edad ni nadie que se ocupe de dirigir o gobernar a más de millón de personas, sus ministros no pueden ser mayores de veinticinco años ni nadie que gobierne o dirija a más de cien mil personas. Así sucesivamente desde lo más alto de las jerarquías políticas con intervalos de cinco años de edad. Se invirtió la pirámide y ahora son los jóvenes los que mandan y tienen los mejores sueldos. A medida que van ganando experiencia y años van bajando en importancia relativa y visibilidad. Nadie tiene tiempo de enriquecerse gracias al poder. La siguiente etapa va a ser generalizar ese sistema a las fuerzas militares y a la empresa privada.
Quién sabe en qué terminará el mundo cuando este nuevo sistema se haya generalizado por completo. Como van las cosas, mis nietos van a ser presidentes cuando yo me esté jubilando. Ver para creerlo.
13:56 Anotado en Cuentos, Elucubraciones, Política | Permalink | Comentarios (0) | Tags: ficción, utopía, gobierno
sábado, 01 mayo 2010
Democracia, analfabetismo e imagen
Me impresiona pensar que para elegir un presidente la gente se quede solo con imágenes y no discuta el fondo de los programas ni la trayectoria de los candidatos. Me llegan por correo electrónico en forma de chiste burlas sobre Chávez o Mockus o Santos por sus atuendos o caras pero muy pocos artículos de fondo comparando sus ideas. No es que esté en contra del humor, de la caricatura o de los bufones siempre y cuando no se queden en la superficie. Para vivir en paz en la sociedad no podemos estar diciéndole a la gente en la cara lo que realmente pensamos; el límite entre la franqueza y la grosería es tenue. Los humoristas exageran a veces, pero es saludable para la sociedad. Hacen resaltar lo absurdo de ciertas posiciones. En estos días de campaña para las elecciones en el Reino Unido los sondeos de opinión indican cambios y tendencias como por ejemplo que Gordon Brown no ganó el último debate televisivo. Siendo que por aquí el analfabetismo es muy bajo y el debate político se da sin miedos, ¿qué será en Colombia donde hay tanta ignorancia y violencia? La imagen es mucho más importante en mi país, por eso estar sentado en medio de militares en uniforme y curas en sotana da seguridad a las masas. Para quedarnos en la superficie, mejor vivir en un país de ciegos. Basta con comparar los sitios web de los dos principales candidatos que se pelean por la presidencia. El de Mockus aparece de una en Google con solo escribir tres palabras: sitio oficial mockus. Para el de Santos hay que escarbar mucho más para encontrarlo. El de Mockus me parece mucho más claro y concreto; el de Santos es difícil de navegar. Como se dice que la esperanza es lo último que se pierde, espero que el próximo presidente mejore la situación del país y no vaya a ser una continuación de los errores del pasado que nos tienen donde estamos. Sobre todo que cumplan lo prometido y no se les olvide apenas estén en el poder.
http://www.antanasmockus.com/PropuestadeGobierno.aspx
http://www.santospresidente.com/santos_presidente/plan_go...
18:56 Anotado en Política | Permalink | Comentarios (0) | Tags: gobierno, elecciones, colombia