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jueves, 15 octubre 2009

Multiplicidad del presente

NV-IMP526.jpgA veces me siento como si estuviera recorriendo en paralelo un laberinto en compañía de toda la humanidad. Cada uno de nosotros estamos buscando una salida y seguimos caminos más o menos similares, más o menos diferentes, por ensayo y error. Cuando hablo con otras personas o leo lo que piensan o imaginan otros, me parece que estamos repitiendo una experiencia de laboratorio una y otra vez. El tiempo pasa y como en el Juego de la Oca tiramos los dados para avanzar o retroceder según la suerte. Uno ve a los demás y según su propia experiencia puede inferir lo que les va a suceder. Tenemos más o menos un camino trazado que nos esforzamos en seguir o en abandonar pero solo logramos reorientarlo un mínimo que por pocos milímetros que sean al comienzo pueden llevarnos a sitios muy distantes con el tiempo. Es como andar por las calles de una vieja ciudad europea que no tiene un plano rectangular como las grandes ciudades nuevas de América; si uno se equivoca de calle en una esquina al cabo de un rato se puede encontrar muy lejos del destino inicial.

En programación esas estrategias de búsqueda tienen nombre: heurísticas de barrido horizontal o vertical o en profundidad, a veces se combinan. Una manera por ejemplo de caminar un laberinto es tomar siempre el camino que se encuentra más a la izquierda: inevitablemente por ensayo y error, si se trata de un plano en dos dimensiones, se logrará llegar a la salida. Claro que si hay alguna trampa o un minotauro escondido en alguna de las piezas, se corre el riesgo de no salir con vida. Somos pues como clones que caminan estilo Pac Man en este mundo en busca de no sé qué. De vez en cuando, cual hormigas cargadas de hojas que se frotan las antenas al toparse en el camino, intercambiamos información para ganar tiempo y llegar más rápido al objetivo. Me siento como el aprendiz del brujo en el dibujo animado de Walt Disney que va cortando la escoba y cada nuevo pedazo se convierte en otra escoba que carga agua en un cubo hasta inundar todo sin control. Muy curiosa esa sensación de repetición infinita.