Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

martes, 01 julio 2014

Moustiers Sainte Marie

NV-IMP872.jpgUn pueblito pintoresco colgado de la montaña de los Alpes de Alta Provenza desde el siglo V. A pesar de estar protegido naturalmente por acantilados vertiginosos, tiene una muralla protectora desde la edad media. Más arriba del pueblo hay una capilla casi metida en la roca que es monumento histórico nacional francés desde 1921. Sus callejuelas tortuosas lo hacen a uno soñar con esos tiempos lejanos de vida dura en esta región. Desde lo alto, por encima de los techos de teja de barro, se divisan los campos de olivos y pinos. No muy lejos alrededor el campo se pone violeta por la lavanda. A lo lejos se ve un lago artificial creado en 1973 para formar una represa eléctrica; otro atractivo turístico, al igual que las gargantas del río Verdón donde los más deportistas y temerarios se lanzan en canoas sobre aguas color esmeralda. Hoy es el turismo y la cerámica lo que lo hace vivir. En esta época del año está lleno de turistas que la inmortalizan con sus cámaras fotográficas. Desde hace varios años son los turistas chinos los que más resaltan. También hay rusos que se pasean con familias rubias. Los europeos ya no son tan exóticos. Los comerciantes lugareños dicen que viven felices ahí. Son unas setecientas personas. En invierno puede caer nieve una par de veces pero no dura mucho. El clima está suavizado por la cercanía del mar Mediterráneo. Lo más curioso es que un grupo de tangueros se haya venido a pasar una semana en un antiguo monasterio donde tomamos clases con una pareja de bailarines y profesores que nos tratan de despertar las tantas clases y milongas que tuvimos hace años y han quedado olvidadas en nuestros músculos.

09:01 Anotado en Ocio, Viajes | Permalink | Comentarios (1) | Tags: tango, provenza