sábado, 26 febrero 2011
Texto roto
Estaba seguro de haberlo dejado ahí. Sin duda ha desaparecido. Vaya, vaya. La duda siempre es posible. ¿Será que había pensado ponerlo y me olvidé? ¿Será que lo cambié sin darme cuenta? Lo cierto es que ya no está y lo peor es que no recuerdo cómo era. Me quedé examinándolo con pelos y señales, con el temor de que otras desapariciones lo fueran esfumando sin remedio, como un texto de tinta al pleno sol. La estructura delataba que había debido de ser un participio pasado y además de un verbo transitivo. Por lo demás todo quedaba chungo e indescifrable. Quizás la rima podría ayudarme a reconstituirlo. Aunque no fuera un poema, tenía ritmo y musicalidad. ¡Caray! Tanto tiempo que me había costado leerlo en voz alta e irlo corrigiendo hasta quedar satisfecho. Eso me pasa por acostarme sin cerrar el cuaderno y los libros, dejando todo en su puesto al abrigo de los ventarrones. ¡Es que tenía tanto sueño! Ni siquiera tuve la fuerza de voluntad para desmaquillarme la cara. El trabajo de payaso es extenuante. Para colmo de males estoy seguro de haber pasado la noche soñando con él hasta que el despertador me borró todo de golpe. No tuve tiempo de memorizar ni una sola imagen. ¡Qué vaina! Es la primera vez que me sucede en esta novela. En otras logré remendar los agujeros dejándolas en buen estado sin que se notara. La ventaja de la informática es que no se notan ni los tachones ni la mala letra, pero el inconveniente es que no se pueden recuperar esas palabras aún visibles de los borrones del borrador si fueran en papel. Es otro tipo de borrador que va quedando en limpio siempre. Para mí que un hado se ha ensañado conmigo. Debe de ser uno como el duende Cobalto que le robaba la plata a los mineros o los troles y elfos de los bosques escandinavos o el mohán que les enredaba las atarrayas a los pescadores en el río Magdalena. ¿Qué textos escribirá en su cueva el sabio gnomo con esas palabras hurtadas? Será un texto enano con seguridad; enano en calidad y cantidad. A menos que haya sido un cabezudo o gigantón menso de feria. Ya no recuerdo qué escritor dijo que había pasado la tarde poniendo las comas que había quitado por la mañana. Esto no tiene sentido ni pies ni cabeza. ¿Será lo que llaman escritura automática? Ojalá llegue sano y salvo el fin de esta adivinanza ficticia, de esta sopa de letras, de este galimatías. Ya está. ¿Sería el verbo ajetrearse o extremar? ¡Joder! Mejor dejarlo como está y que el lector decida qué quiere poner en los espacios vacíos…
08:00 Anotado en Juego de escritura | Permalink | Comentarios (0) | Tags: ficción, escritura
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