jueves, 21 julio 2011
Evolución tecnológica
Antes de la llegada de los PC y teléfonos celulares a mi esfera privada, años ha, usaba agendas y directorios telefónicos de papel que me tocaba mantener al día al cambiar de año. Los datos no eran muchos pero tocaba copiarlos a mano desechando y añadiendo direcciones para mantener lo esencial a un tamaño reducido.
Uno de los primeros ficheros electrónicos que creé cuando entró el PC en casa fue mi directorio telefónico personal y familiar. Sobrevivió a varios cambios de formato, el último fue Excel. Lo imprimía una vez al año en varios ejemplares para que los miembros de mi familia lo fueran corrigiendo y completando a mano hasta la puesta al día del año siguiente. Hace ya mucho que no he podido corregirlo por falta de tiempo.
El programa de correo electrónico que ahora viene con agenda y directorio de contactos incorporados lo ha ido reemplazando paulatinamente, puesto que tengo sincronizados automáticamente el teléfono celular y el PC para mantener esa información con copias de seguridad. Lo bueno es que los teléfonos más recientes vienen con programas de sincronización mejorados que se ocupan de copiar los datos en un dos por tres.
Esta semana me tocó precisamente cambiar de celular. El anterior se dañó y ya solo funcionaba con audífonos. No me gusta cambiarlos tan rápido como quisieran los vendedores y proveedores de servicio; no me quedó más remedio. Fui al almacén más cercano de mi compañía telefónica y pedí un iPhone. No había y no sabían cuándo llegarían. Pedí el modelo equivalente disponible y me propusieron un Android de HTC. Teniendo en cuenta que el anterior, un Qtek sofisticado para la época, me duró cinco años, el cambio ha sido grande. Todavía no conozco ni he probado muchas de las funciones y programas que trae. Lo que más me sorprendió fue la copia de datos de mis contactos y la agenda de citas y recordatorios. No fue sino bajar de la red e instalar el programa previsto y conectar el aparato para que me creara una lista increíble de direcciones muchas con fotografía incluida que no sé muy bien de dónde sacó. La cámara incorporada es de 8 Megapíxeles y el tamaño y peso con respecto al anterior es mucho menor. Había acumulado muchos puntos de fidelidad que no me sirvieron, ya que me trataron como cliente nuevo para darme un mejor descuento, pero me temo que las facturas telefónicas van a salirme más caras.
Lo que me disgustó fue que probando algunos programas, el teléfono me preguntó si quería que mi localización geográfica fuera accesible a mis contactos. ¡Dije que no! Después para tener acceso a los programas de Youtube, Google Maps y otros por el estilo, la licencia de usuario dice que uno acepta que su localización y no sé qué más datos personales sean compartidos con sitios web. Si digo no, me quedo desconectado. Seguro que con las nuevas tecnologías ya estamos en el mundo de Big Brother sin darnos cuenta.
16:55 Anotado en Ciencia | Permalink | Comentarios (1) | Tags: teléfono, información, telecomunicación
Comentarios
et oui... así evolucionamos, e imposible substraerse a estos increíbles (y agradables) cambios tecnológicos.
Por favor dame tu número de celular para contactarte por Whatsup.
Saludos,
Fernando
Anotado por: Fernando Fernández | viernes, 22 julio 2011
Los comentarios son cerrados