Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

martes, 18 agosto 2015

Los funerales de la Mamá Grande

gabriel garcía márquez,literatura,cursosEn el curso virtual de seis semanas sobre la obra de Gabriel García Márquez, nos ha tocado analizar esta tercera semana la colección de cuentos escritos entre 1959 y 1962, año de su publicación, cuando vivía en Colombia, Venezuela y México. Son relatos que preparan la llegada de su famosa novela Cien años de soledad.

Cuando leí este libro cuarenta y pico años antes, me impactaron más Los funerales de la Mamá Grande y En este pueblo no hay ladrones. Es increíble, pero lógico, cómo puede cambiar la impresión que uno tiene leyendo el mismo texto en diferentes épocas de la vida. Es como si fuera otro libro y otro lector.

De los tres que tuvimos que leer para este modulo, el que más me gustó fue Un día de estos. Es muy corto, tiene una tensión permanente, intensidad muy grande y no le sobra nada. Además deja imaginar lo que sucedió antes, lo que vendrá después y lo que hubiera podido suceder. Sin embargo, no lo recordaba y no sabía que fuera tan similar al relato Espuma y nada más de Hernando Téllez. ¿Cuáles son los límites del plagio?

Mis principales aprendizajes de este módulo fueron la caracterización que hace García Márquez del cuento y la novela, que para él los cuentos de este libro hayan sido ejercicios de estilo para preparar Cien años de soledad, la manera de tratar el espacio cerrado y abierto, privado y público, su forma de hablar de la violencia sin excesos, de una manera velada y entre líneas.

¿Al escribirlos era consciente de las conclusiones de sus analistas? ¿Qué tan espontanea era su escritura?

El relato que da nombre al libro es un texto barroco, exagerado y estrambótico sobre los funerales extraordinarios de una mujer que nació y murió en Macondo desde donde ejercició un poder político y social en la región con repercusiones en todo el país. Al releerlo recordé el entierro del expresidente Olaya Herrera en 1937, que fue muy particular, pues murió en Roma en febrero donde ocupaba el cargo de embajador y fue enterrado en Bogotá en mayo con multiples ceremonias durante el recorrido en compañía de su familia en Nueva York, Panamá, Buenaventura, Cali, Armenia, Ibagué y Bogotá. Los detalles de este entierro que duró tres meses los descubrí recientemente leyendo un artículo interesante por Internet. Claro que el de la Mamá Grande fue mucho más importante. Seguramente la familia del expresidente había leído a García Márquez en 1937. Los entierros de Stalin, Eva Perón o más recientemente de la princesa Diana son otros buenos ejemplos muy reales.

El cuento En este pueblo no hay ladrones tiene los elementos de unidad e intensidad con que García Márquez diferencia los cuentos de las novelas. Sucede en un pueblo que puede ser Macondo aunque no lo menciona. Relata unas pocas semanas con una tensión permanente. No se sabe bien lo que pasó antes ni lo que pasará después. Empieza con un robo absurdo pues el ladrón que espera encontrar dinero en el bar del pueblo termina llevándose las bolas del billard que es lo único de valor que encuentra. No le sirve de nada pues no tiene a quién venderlas y además el pueblo mismo queda sin su distracción principal. La atmósfera del pueblo queda trasformada por el robo. Describe la vida del joven ladrón que sobrevive del trabajo de su mujer, embarazada, mayor que él y que parece quererlo por ser apuesto y joven. Hay violencia e infidelidad en esa pareja. El muchacho de apenas veinte años no es muy inteligente lo que lo lleva a cometer un grave error que da desenlace al relato.

gabriel garcía márquez,literatura,cursosPara ilustrar el manejo del espacio cerrado y público en la pluma de García Márquez, escogí el cuento La prodigiosa tarde de Baltazar del mismo libro. Baltazar fabrica jaulas en Macondo. Acaba de hacer una para el hijo de un rico del pueblo. Todos piensan que es la jaula más bonita nunca antes vista. La esposa de Baltazar espera ganar mucho dinero.

Baltazar se venga en cierta forma del rico que no quiere la jaula pues fue su hijo quien la encargó. Se ha comprometido con el niño y quiere cumplir su palabra por encima de todo. Además no quiere quedar mal con el pueblo que está al corriente del negocio.

gabriel garcía márquez,literatura,cursosLa jaula podría representar el encierro y aislamiento de la gente en Macondo. Es un espacio cerrado dentro de los espacios privados que son las casas. La calle donde termina Baltazar su borrachera indiferente por lo que le está pasando es un espacio publico donde la gente lo puede ver en un estado vergonzoso, pero a él no le importa pues está feliz. Uno no duerme en la calle, ni se emborracha de esa forma, parecen decir las mujeres. Lo normal es que uno duerma en la cama en un espacio cerrado y privado.

Los comentarios son cerrados