lunes, 29 marzo 2010
Mente recursiva
Casi me quedo encerrado para siempre en un bucle infernal. Estaba en un restaurante con un grupo de amigos o colegas con los que aparentemente seguía un cursillo. Mi esposa también comía con nosotros y creo que uno de mis hijos. Habíamos pedido un plato y nos trajeron otro, la cuenta no cuadraba, se demoraron en servir. Era un mal restaurante o quizás un día de demasiados convives. Pagamos y nos fuimos, no sé si a pie o en carro. En cierto momento en medio de la conversación vi como si fuera una publicidad en segundo plano a la que no le había puesto cuidado que me encontraba metido en un televisor o en un cine y un chofer de una camioneta repartidora de mercancía decía algo a unos policías que lo iban a multar. No entendí muy bien pero le noté un acento español del Cono Sur. Estábamos en una ciudad blanca al borde del mar. Desperté y me di cuenta de que estaba en el cuarto de una casa extraña y lo que había visto era en realidad el sueño de un tipo que se acababa de levantar sorprendido. Fue a la cocina en la penumbra. Otra persona salió a su paso y claro me volví a despertar en otro lugar saliendo del sueño de otra persona. No sé en cuantos sueños estuve viajando pero al final afortunadamente me desperté de mi propio sueño. Vi la hora. Recordé que habíamos cambiado al horario de verano y me volví a dormir. No recuerdo haber soñado de nuevo, pero el susto que me di fue grande. ¿Habré salido completamente de esos sueños encajados como muñecas rusas o mesas nido o funciones matemáticas recursivas?
sábado, 07 noviembre 2009
Derrame cerebral
Hoy estuve en el hospital visitando a un amigo enfermo. Tenía mucha aprehensión en ir a verlo pues mi padre murió de un derrame cerebral a pesar de haber sido operado de urgencia; no tuvo mucha suerte. El recuerdo que me queda de él en la unidad de cuidados intensivos es muy triste. Apenás sobrevivió un mes después de la operación. Otro amigo que vivía aquí en el Pays de Gex, sufrió un ataque similar hace varios años y aunque sobrevivió, tiene medio cuerpo paralizado y tuvo que irse de aquí a su región de origen donde tiene más familia. La vida les cambió completamente. Hace unos años supimos de un caso dramático de un hombre que se había divorciado y vivía por aquí con una mujer más joven cuando sufrió un derrame cerebral. La vida también le cambió drásticamente pues no solo quedó hemipléjico sino que su nueva mujer lo abandonó. También he conocido casos de muertes súbitas por ruptura de aneurisma cerebral que es fatal. Creo que en ese caso uno no tiene tiempo de darse cuenta del ataque.
El amigo enfermo de hoy es en realidad un colega de trabajo muy amable que conozco hace tiempo y que estimo mucho; un traductor muy bueno cuya lengua materna es el inglés y habla francés y español muy bien, además de otros idiomas que conoce. Hace casi dos semanas sufrió un ataque cerebral. Afortunadamente lo operaron a tiempo y ahora se va recuperando poco a poco. Al comienzo no podía hablar ni mover un brazo. Ya puede armar frases sencillas, pero solamente en inglés y con mucha dificultad. Entiende lo que uno le dice, pero sufre mucho tratando de expresar su pensamiento. Me reconoció y me llamó por mi nombre. Es difícil conversar en esas circunstancias. Traté de darle ánimo, pero no pude demorarme mucho tiempo para no cansarlo ni ver su desesperación por no poder decir lo que quiere. Ojalá pueda volver a su trabajo de traductor y que recupere sus capacidades intelectuales sin secuelas.
Así es la vida con sus sorpresas a veces buenas y a veces malas.
08:00 Anotado en Recuerdos | Permalink | Comentarios (0) | Tags: enfermedades, cerebro, lenguaje