lunes, 09 abril 2018
Bailando tarantela con una tarántula
Me habían dicho que la tarantela es un baile popular del sur de Italia, de origen napolitano que tiene un movimiento muy vivo, acompañado de canto. Popularmente se suele decir que viene de la tarántula, una araña común en la región mediterránea. Durante la Edad Media, en algunas partes del sur de Italia se creía que bailar el solo de la tarantela imitando el acto de espantar a la misma curaba un tipo de locura supuestamente producida por la picadura de la mayor araña europea, la llamada araña lobo o tarántula, y también se cree que se simula la técnica de apareamiento de la tarántula.
Por eso cuando me picó una tarántula lo primero que hice, en vez de ir al hospital, fue ir a bailar la tarantela. Ya la picadura me estaba enloqueciendo pues los bailarines tomaron forma de araña y brincaban alrededor mío como para comerme. Yo trataba de imitarlos con sus saltos y giros. En ese momento me di cuenta de que me estaba saliendo mucho vello en mi cuerpo y en pocos minutos estaba cubierto de barba y pelo largo. De tanto brincar en vez de dos brazos y dos piernas parecía que yo tuviera ocho patas. La bailarina más hermosa se acercaba brincando para cortejarme. Lo malo es que mi locura fue tal que me vi enredado en su telaraña y no puedo moverme de aquí pegado a sus hilos. Ahora todas las arañas bailarinas se están acercando para comerme de verdad. ¿Qué puedo hacer yo?
21:58 Anotado en Cuentos | Permalink | Comentarios (0) | Tags: baile, animales
jueves, 01 octubre 2009
Parques y visitantes
Estaba sentado en la terraza de la cafetería de mi trabajo que da a un parque público cuando noté una cantidad de cuervos y cornejas que se posaban en los techos y ramas cercanas o volaban muy bajo y cerca de mi lugar. Pensé en la película Los pájaros de Hitchcock hasta que me di cuenta de que era un señor que se paseaba con su perro y una bolsa llena de pan de la que daba de comer a esos pájaros. Por eso lo seguían, ya que aparentemente estaban acostumbrados a verlo. Ya lo he visto más de dos veces.
Otra persona que viene al mismo parque regularmente es una señora mayor que cojea y se pasea con dos perros: uno grande y uno chico, de razas diferentes. Se instala en un rincón donde los árboles y arbustos la protegen y mientras hace correr a sus compañeros enviándoles una pelota o un palo para que se lo traigan, se pone a practicar gimnasia levantando los brazos o ejercitando el cuerpo. La llevo viendo desde hace más tiempo.
Un señor que solía venir también con su perro y una pelota roja para que corriera detrás de ella hasta que quedaba cansado no ha vuelto o puede que solo ha cambiado sus horarios. El perrito no paraba de ir y venir y pedirle a su amo que volviera a comenzar. Una vez casualmente vi a un policía suizo que se acercó a decirle algo y por lo que vi desde lejos deduje que era para decirle que los perros debían estar amarrados.
Así hay mucha gente que tiene sus costumbres y atraen a los animales generalmente para darles de comer, ya sean pájaros o ardillas. Una vez vi en París a un señor que tenía varios gorriones comiendo en sus manos. Se ponía migajas de pan en la palma de las manos, se quedaba inmóvil y las aves se acercaban a comer recelosas y listas a salir volando al mínimo movimiento que percibieran a su alrededor. En Roma vi mucha gente que iba a parques a dar de comer a los numerosos gatos que se pasean por las calles. Una de las cosas que más me impresionaron cuando estuve en Buenos Aires fueron los paseadores de perros que andan con diez o más animales por las calles para llevarlos a pasear a parques por encargo de los dueños, pues es un trabajo pago.
Esos parques y sus visitantes me hacen recordar lo mucho de animalidad que tenemos los seres humanos.
14:36 Anotado en Recuerdos | Permalink | Comentarios (0) | Tags: parques, animales
sábado, 08 agosto 2009
Piscos y turpiales
¡Ah!, qué bueno. Al fin unas semanas de vacaciones. Estos últimos días, especialmente ayer viernes, fueron de mucho trajín pues no solo yo quería dejar muchas cosas terminadas sino que mis colegas y mi jefe querían que yo resolviera no sé cuantas cosas, como si no fuera a volver.
Volviendo a los animales de ayer, caigo en la cuenta, después del comentario de Ernesto, que hay nombres muy comunes en Colombia o en alguna región, pero desconocidos en otras partes. No pensé que el turpial fuera uno de esos. Es un pájaro de color amarillo y negro que canta una tonada parecida a «chu chu chu chu chu chuí chuí» sin cansarse. A veces se les ve en jaulas donde comen frutas como el banano. En la web encontré esta foto donde dice que es el ave nacional de Venezuela.
El pisco es otra ave, que tiene muchos nombres: guajolote en México, pavo en otros países, dinde en francés, turkey en inglés. Me ha parecido curioso que el nombre francés venga de la evolución del nombre inicial que era «poule d’Inde», es decir pollo de la India, que con el tiempo quedó solo «de la India» contraído en dinde. No hay que olvidar que el pisco es también una bebida alcohólica peruana y chilena. En Colombia en algunas regiones en lugar de decir tipo o persona, se dice pisco: este pisco es muy buena gente.
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http://www.flickr.com/photos/voght/2441818832/
12:23 Anotado en Naturaleza | Permalink | Comentarios (2) | Tags: animales, idioma, nombres