jueves, 24 septiembre 2009
Leyendo libros
Desde hace muchos años siempre tengo un libro empezado y una pila por leer. Me cuesta trabajo leer más de uno a la vez. Últimamente leo más en español que en otros idiomas, pero hubo épocas en que leía más libros en francés o inglés. He leído en ruso, pero sobre todo cuentos o novelas cortas. En árabe, tengo un par de libros por leer en edición bilingüe francés-árabe, pero tendrán que esperar todavía pues no me siento con el nivel suficiente para empezarlos.
En español leo autores de lengua materna española, no necesariamente colombianos, principalmente cuentos y novelas, pero también ensayos o libros de divulgación científica. Gracias a las notas de mi blog me doy cuenta de que desde junio del 2007 he leído solamente dos libros escritos por colombianos, los demás son de otras nacionalidades y lenguas maternas. Cuando leo autores de lengua extranjera que no conozco prefiero las traducciones al español o al francés.
Con todo no me considero un buen lector de libros. Hay gente que lee muchos más libros que yo porque tienen más tiempo libre o duermen menos o leen más rápido o tienen menos pasatiempos o les gusta más. Habrá múltiples razones. Ojalá pudiera yo leer más.
Claro que mi trabajo está basado sobre todo en la lectura y escritura ya sea de informes o de programas informáticos, pero excluyendo esas lecturas laborales obligadas, es cierto que hay muchísima más gente que lee menos que yo o que no lee nada. Dejando de lado a la gente que no sabe leer, que ya son un montón, hay muchos que no leen, ni siquiera el periódico, ni revistas, así estén en papel o en la Internet. A estos no los entiendo. Es como al que no le gusta bailar o practicar un deporte o viajar o que odia ciertos alimentos. Para mí la lectura es un placer, una forma de viajar, de liberarme, de soñar, de entrar en la cabeza de esos autores.
Ahora recuerdo que hace unas semanas escuché una emisión radial ya empezada donde un escritor francés decía que a él no le gustaba escribir libros que fueran iguales a otros ya escritos, que él buscaba la originalidad. Decía que los músicos o los pintores son más originales que los escritores literarios pues buscan siempre algo nuevo en sus composiciones mientras que los escritores no ven inconveniente en escribir con el mismo estilo el mismo libro varias veces. Me pareció un poco exagerado, pues no siento que leo el mismo libro cada vez. En fin, de todo debe haber en la viña del Señor, ¿no?