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domingo, 29 julio 2012

Ruperto, con erre de raro

NV-IMP813.JPGVivía en una casa aislada en las afueras de la ciudad. Nadie lo invitaba. Apenas si lo llamaban los amigos o lo veían a las carreras. Comía con prisa y por obligación, como si fuera un sufrimiento o una tortura, siempre lo mismo: hamburguesas, papas fritas, gaseosa y pasteles de chocolate. Nada de frutas ni verduras. Con ese ritmo alimenticio había llegado a ser gordísimo. De todas formas nunca había sido un gourmet, sino todo lo contrario. Ruperto cada vez se volvía más raro. De manera drástica y contundente de pronto decidió vivir como un faquir, un asceta o un penitente. Fue desde que empezaron las epidemias y pandemias de la vaca loca, del SARS, de la gripe aviar, del A (H1N1), de la crisis de los pepinos y otras más. Sufrió un síndrome de pánico, no volvió al trabajo, no salió más de casa y empezó a enloquecer. Dejó de comer carne, luego pan, hasta llegar al extremo de que se alimentaba solo de miel y leche, pues afirmaba seguir el ejemplo de Pitágoras que no mataba para vivir. El vendedor a domicilio que le traía comida a casa dejó de recibir sus pedidos mas no se preocupó. Su cuenta bancaria estuvo suficientemente provisionada por años de ahorro. Cuando las facturas que pagaba automáticamente no tuvieron provisión, le cortaron luz, televisión por cable, teléfono, Internet, agua y gas. La última vez que se vio en el espejo no se reconoció: estaba más flaco que una aguja. Los gusanos que se lo comieron no tuvieron ningún escrúpulo en devorar la poca carne que cubría sus huesos. Fue el ujier mandado por el fisco para expulsarlo para vender su casa y muebles que encontró el esqueleto pelado rodeado de latas de conserva sin abrir.

viernes, 11 septiembre 2009

Enfermedades infantiles

NV-IMP500.jpgParece que con lo de la gripe A(H1N1) tendremos que estar muy atentos para evitar el contagio durante el invierno en el hemisferio norte. Los medios de comunicación andan muy alarmistas y uno no sabe qué pensar. En la televisión un médico francés decía hace poco que hay enfermedades y epidemias que causan más muertes pero tienen menos recursos para luchar contra ellas o nadie las menciona. Se oyen rumores de todo tipo: que es una campaña para que las firmas farmacéuticas ganen más dinero, que es una manera de luchar contra la crisis económica, que es una reacción excesiva de la OMS que tiene remordimientos por no haber actuado rápido contra el SIDA y ahora quiere reivindicarse con este nuevo mal. En fin.
Recuerdo de niño cuando descubrían piojos en la escuela, cuando llegaban las paperas, la viruela, la varicela o una simple gripe y uno tras otro los niños nos íbamos contagiando. Mi mamá a veces prefería que nos dieran las enfermedades de una vez y nos ponía a jugar entre hermanos si a uno el daba una enfermedad infantil y el otro no la había sufrido todavía. Otras veces, no sé por qué, lo dejaban a uno aislado evitando que los demás niños se acercaran.
Cuando tocaba quedarse en su cuarto encerrado todo el día mientras los demás estaban en la escuela, era muy aburrido. Esas horas pasaban lentamente, hasta que por fin regresaban los hermanos del colegio y la casa se animaba un poco. Al volver a clase tocaba recuperar el tiempo perdido.
Siendo padres nos tocó desvelarnos muchas noches cuidando de nuestros pequeñines enfermos. Esa es la otra cara de la moneda.
En un viaje a Colombia hace como veinte años un sobrino en Bogotá le pasó la varicela a mi hija y a otros primos, mi hija se la pasó a sus primos y a unos tíos en otra ciudad y así al final hubo más de diez personas conocidas enfermas en ese mes. Menso mal a mí y a mi esposa ya nos había dado de niños y no nos pasó nada.
Las gripes fuertes es otra cosa. Desde hace varios años me estoy vacunando contra la gripe todos los inviernos. Al poco tiempo de llegar a Ginebra en uno de los primeros inviernos, un resfriado mal cuidado se me complicó en pulmonía y pasé un mes en casa tomando antibióticos fuertes hasta que me repuse.
Esperemos que la famosa epidemia sea menos fuerte y peligrosa de lo que la pintan.

17:48 Anotado en Recuerdos | Permalink | Comentarios (3) | Tags: epidemias, gripes, niñez