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domingo, 25 marzo 2012

Cambia, todo cambia

lucerna,incendios,cambios,historiaPaseando por Lucerna, Suiza, este fin de semana, me pareció visitar una ciudad congelada en el pasado, con sus murallas antiguas, sus castillos de piedra y sus fachadas pintadas a lo antiguo. Uno de sus famosos puentes de madera que atraviesan el río Reuss se incendió en 1993. Recuerdo las imágenes impresionantes en la televisión. Son puentes construidos en la Edad Media con muchas pinturas que decoran el interior. Si a uno no le cuentan lo sucedido, se puede imaginar que no ha pasado nada.

Muchos jóvenes que por allí se pasean son menores que el puente reconstruido y sin embargo el puente parece intemporal. Los cuadros cuentan historias de batallas, de santos de la época romana, de la presencia de la muerte en todas las situaciones de la vida.

Muy cerca al centro histórico hay edificios modernos como la estación de tren o el centro de conciertos. En una calle sin salida que llegaba hasta el borde del río un grupo musical tocaba al aire libre un concierto que parecía improvisado con éxitos del rocanrol que ya tienen veinte o treinta años.

De niño todo parecía definido y definitivo. Como en la canción de Serrat, me decían: así no se dice, eso no se hace, haz esto, haz aquello. Hasta el tiempo pasaba más despacio.

Hace treinta años el músico clásico más admirado era Beethoven, hoy parece que lo suplantó Mozart. De joven la salsa estaba muy de moda en Colombia, ahora lo que se baila es reggaetón o bachata o no sé qué otros ritmos. Los teléfonos que conocí de niño tenían disco y todos estaban fijos en la pared por un cable, después llegaron los de botones, los celulares y ahora ya funcionan con pantalla táctil. Lo que parecía ciencia ficción en las historietas de Dick Tracy, ahora es realidad pues usamos el mismo tipo de teléfono que tenía ese detective en los años sesenta.

El comunismo y la Guerra Fría estaban muy establecidos, ahora el capitalismo ha triunfado hasta en Rusia y China, pero lo que no cambia es que los pobres pobres siguen en la olla.

Hoy con una facilidad increíble uno escribe en la Internet diarios en forma de blog, abiertos a los ojos del mundo entero y todos esperamos comunicar con seres extraordinarios mientras si apenas le decimos buenos días al vecino del edificio. Eso no ha cambiado mucho.

Es posible que estemos viviendo un cambio de mundo con la crisis económica. Cuántos cambios logra uno ver durante el transcurso de la vida, sobre todo cuando se tiene la suerte de no morir joven. Además en el mundo y época que nos ha tocado vivir parece que todo se acelera. Hasta he tenido tiempo de ver cambiar la ortografía, la forma de hablar y de escribir. Seguro que la mitad de los libros que tengo en mi biblioteca ya no están actualizados.

El río Reuss como todos los ríos que no se secan sigue su recorrido y el agua sigue su ciclo para que todo parezca igual al día anterior, pero sabemos que no nos podemos bañar dos veces en el mismo río y que esta ciudad que parece inmutable también cambia.