lunes, 12 diciembre 2011
La fiesta de las luces
Por fin pude ir a la fiesta de las luces en Lyon este año. Hacía tiempo que veía en televisión los reportajes sobre las famosas iluminaciones de diciembre pero ya era demasiado tarde para conseguir un hotel cercano del centro. Este año aunque reservé en noviembre ya me tocó un alojamiento fuera de la ciudad.
Fuimos el viernes por la noche y regresamos el domingo a mediodía. El sábado estuvimos andando por el centro de la ciudad desde las doce hasta las once de la noche, para llegar al hotel, muertos de cansancio.
Hacía tiempo que no me encontraba en un lugar con tanta gente en las calles. En algunos lugares no se podía pasar. En otros tocaba forzar el paso o dejarse llevar por la masa de gente. A las seis de la tarde participamos en una visita guiada de dos horas recorriendo los espectáculos más importantes y accesibles. El guía era una señora austríaca que lleva más de cuarenta años viviendo en Francia. El grupo era de dieciocho personas que seguíamos el paraguas naranja de nuestra guía para no perdernos.
En la plaza Bellecour estaba la estatua ecuestre del rey LuisXIV con unos globos que parecía que se lo iban a llevar volando. En el río Saona habían iluminado varias iglesias con luces que cambiaban de colores y que con rayos láser comunicaban unos monumentos con otros. En la plaza de los Célestins estaba el que más me gustó: un juego flipper gigante que iluminaba el edificio mientras una persona jugaba desde un pupitre en medio de la plaza. El de la plaza de los Terreaux también estuvo muy bien hecho pues sobre los edificios se veían unos caballos que se escapaban de la fuente que queda en el centro de la plaza y la Garona los persigue. A veces daba la impresión de que el edificio se caía por pedazos. Había tanta gente que tocaba entrar por un extremo de la plaza y salir por el otro siguiendo unas flechas de luz que indicaban el camino. Desde lejos vimos un elefante gigante que se movía en medio de la multitud. Era imposible acercarse de tanto gentío.
Todo estuvo grandioso e impresionante. Almorzamos en uno de esos restaurantes típicos de Lyon que llaman bouchon y paseamos por los pasajes que atraviesan las casas por el interior que llaman traboules.
Hace un año estuve en Medellín, Colombia, viendo las iluminaciones que son muy bonitas pero nada dinámicas como las de Lyon. Vale la pena ir a ver estos espectáculos aunque sea una sola vez en la vida.
12:00 Anotado en Espectáculos | Permalink | Comentarios (0) | Tags: luz, sonido, diciembre, lyon, francia