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domingo, 18 diciembre 2016

Perspectiva decembrina

NV-IMP969.jpgAcercándome al fin de año miro hacia atrás para observar cómo me voy adaptando a esta nueva vida de jubilación y retiro laboral. Dividir el año entre Europa y América tropical me ha gustado por los cambios que implica para el estado de ánimo y el disfrute de lo bueno de ambos mundos. Al mismo tiempo deja insatisfacciones por no poder estar ciento por ciento en cada lugar y tener que preparar el siguiente viaje que se hace inminente demasiado pronto. Espero encontrar los viejos amigos y la familia en cada lugar, pero seguimos caminos que no siempre se cruzan. Los unos creen que como nos quedamos varios meses habrá más ocasiones de reunirse. Sin embargo el tiempo corre y no nos vemos como preveíamos. Mejor es estar activos sin dejarse abrumar por el corre corre y la rutina.

NV-IMP970.jpgAl comienzo preparé horarios para organizar mis quehaceres. Era tan difícil cumplirlos que cambié de idea: ahora anoto lo que hago para tratar de entender cómo cumplir mis objetivos. Llevo esos datos en un cuadro desde hace casi un año. Hoy compruebo que he registrado un promedio de casi cuatro horas de actividades diarias divididas así: una hora dedicada al ajedrez y scrabble, media hora en el gimnasio, media hora en lectura o escritura literarias, media hora estudiando (ruso, informática, lingüística, arte, literatura y otros temas incluyendo MOOC), media hora de canto, media hora llevando la contabillidad doméstica, un cuarto de hora en cine, espectáculos o bailes. Y eso que todavía no anoto el tiempo que dedicaremos a nuestro recien nacido nieto. Estimo que paso unas quince horas en ocupaciones que no contabilizo como dormir, comer, ir de compras, ordenar y asear la casa, pasear, viajar, transporte. Es decir que tengo unas cinco horas «libres» o «perdidas» pues no sé qué hago en ellas. Quizás esté en estas últimas el margen de maniobra para organizarme y pasar más tiempo en cosas que hago y me gustan o para volverme loco de verdad buscando el tiempo perdido.