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jueves, 19 febrero 2015

Andrés Carne de Res

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Grâce à Facebook nous avons pu retrouver en personne quelqu’un que nous n’avions pas vu depuis notre mariage, il y a presque trente-cinq ans. C’est la sœur de la première femme d’un de mes frères. De plus nous avons été avec deux neveux et une partie de leurs familles. Nous étions sept à table à Andrés D.C. Nous nous sommes très bien amusés et avons beaucoup parlé. C’est drôle comment les vies de chacun suivent des chemins différents.

Je n’avais jamais été à ce fameux restaurant qui a été créé à Chía au nord de Bogotá en 1982. On m’a dit que c’est d’un seul étage et peut recevoir dans les quatre mil personnes. Mais nous étions à celui du centre commercial El Retiro de la Calle 82 ouvert en 2009 et qui a quatre étages : l’enfer, le purgatoire, la terre et le paradis au dernier étage. La décoration est farfelue avec plein de couleurs et d’objets bizarres, il y a de la musique en direct sur une scène retransmise par télévision en circuit fermé dans tous les coins, il y a des groupes de musiciens et de danseurs qui passent de table en table pour fêter avec les différents convives, nous avons même eu un magicien qui est passé à notre table et nous a fait des tour de cartes incroyables.

La nourriture est bonne, la spécialité est bien sûr la viande. C’est quand même un peu bruyant. Comme c’était un mardi soir, nous avons eu de la chance de trouver une table après avoir attendu un peu au bar en prenant l’apéritif. Pour les week-ends, il faut réserver.

Un des bons côtés de Facebook est de revoir des personnes dont nous avons perdu la trace depuis longtemps. Des fois le dialogue reprend, mais d’autres le courant ne passe plus. C’est un peu ce que nous essayons de faire en ce moment avec Bogotá : retrouver nos repères et nos reflexes oubliés. Il y a du pain sur la planche.

http://www.andrescarnederes.com/es/andres_dc

jueves, 20 agosto 2009

Le Bistrot d’Olivier

NV-IMP485.jpgComo quedaba en la galería del mercado principal, nos pareció que el restaurante tendría una buena relación calidad/precio. Nos nos equivocamos. El menú costaba doce euros y tenía mucha escogencia tanto en entradas como en paltos principales. El local estaba lleno de gente en un ambiente sencillo y animado. Solamente dos mujeres atendían tantas mesas llenas de convives y una más estaba en la cocina abierta sobre el salón. En un extremo estaba el bar con un solo hombre encargado de las bebidas y la caja. El calor estaba insoportable. La comida estuvo buena. Mientras comíamos tuvimos cuatro personas diferentes al lado nuestro. Primero una pareja muy mayor que estaba por terminar y luego otra pareja con quien terminamos entablando conversación. Resultó que el señor había estado en Colombia muchos años atrás pues adoptó un niño colombiano que ahora tiene diecisiete años. Coincidencias de la vida. He conocido tantos casos de niños adoptados por franceses durante todo el tiempo que llevo viviendo aquí. Me parece muy buena solución tanto para las parejas que no pueden o no quieren tener hijos, como para esos huérfanos que no tienen la culpa de estar solos. No es tan fácil como parece; los trámites son largos y fastidiosos y las exigencias grandes, además de que es una lotería, ya que no se sabe cómo va a evolucionar el niño a la adolescencia. Cuando dejamos el local vimos que en la puerta decía que estaba aconsejado por un periodista gastrónomo que tiene un programa de televisión que se llama Les escapades de Petitrenaud.

18:38 Anotado en Viajes | Permalink | Comentarios (0) | Tags: restaurantes, adopciones

martes, 23 junio 2009

Fin de semana loco

NV-IMP451.jpgDesde el viernes pasado casi no he parado en actividades extralaborales. El viernes en la noche hasta casi la una de la mañana en un bar restaurante español del centro de Ginebra (Les Cheminots) con un grupo de colegas de mi esposa que festejaban el fin de una conferencia en la que trabajaron en equipo durante dos semanas. Solo los esposos de dos de las mujeres del grupo estuvimos acompañándolos; el otro es un paraguayo músico que llevó su guitarra y con quien cantamos muy animadamente. El restaurante parecía una taberna española a esas horas de la noche, nosotros comiendo tapas acompañadas de vino o cerveza y nuestras canciones, a tal punto que de pronto me pareció extraño ver avisos en francés en las paredes pues parecía que estuviéramos en Madrid.

El sábado con la fiesta de la música tuvimos tres conciertos de nuestro coro en Rolles, Ferney y Ginebra. El tiempo estaba contado para ir de uno al otro de manera que desde mediodía hasta medianoche fue un corre corre. Todo salió bien afortunadamente. Los lugares donde cantamos tenías condiciones acústicas diferentes. El mejor fue el templo de Ferney y en el que mejor cantamos pues nos oíamos muy bien. El peor fue el de Ginebra ya que tuvo lugar en el patio de un edificio viejo con mucho ruido en las calles y no nos oíamos bien ni cabíamos todos correctamente en el escenario. El regreso caminando por las calles llenas de gente con mucha alegría y música fue muy ameno.

El domingo de mediodía a las 8 de la noche tuvimos en mi casa un minitorneo de scrabble en español como entrenamiento para el campeonato europeo de julio. Esta vez éramos nueve participantes; todos amigos más o menos aficionados. Como algunos no pueden estar en el campeonato, fue la oportunidad para que tuvieran una idea de lo que va a suceder en la realidad. Éramos un número impar y por eso decidí estar de juez practicando con los programas informáticos que utilizaremos. Fue muy divertido. Como siempre, salieron muchas palabras válidas raras: odrero, atorguen, alioj, llapar, cambe, alaria, meano, sobona, fo, boyase, to, sidas, pella, hi, ter, fil. Entre las que NO son válidas y me tocó arbitrar están: zens, ho, dile, oe, po, aquito, li, dilo, cueso, oxen, go, piropeo, hap, heche, chi y raule.

Ya estaba preparándome para ir a dormir cuando mi hija nos llamó para avisarnos que pasarían en Gex a eso de las 10 de la noche dos cortometrajes en lo que ella participó: uno rodado en Argelia en la que fue «script» (secretaria de rodaje) y el toro uno que ella mismo realizó en Ferney. Allí nos encontramos con personas que no veíamos hacía años y nos pusimos al tanto de nuestras vidas. Una de ellas fue profesora de nuestro hijo en el jardín infantil y tiene una hija que estudió con la nuestra y ya es madre de dos pequeños. El frío nos sacó corriendo. Llevamos en nuestro carro a dos jóvenes que viven en Ferney y no tenían transporte.

Para completar anoche lunes estuvimos reunidos en un restaurante brasileño de Ginebra (El Gaúcho) con los cantantes del coro despidiendo la temporada antes de la pausa estival. El lugar parece que era muy agradable hace unos años con mejor atención y música en vivo. Anoche nos decepcionó en lo que se ha convertido pues nada de música, ni siquiera música brasileña de fondo, muchos televisores en los muros pero con unos programas que no tenían nada que ver con el lugar y que nos molestaban. ¡Cómo se les va a ocurrir poner programas de lucha libre mientras uno está comiendo! Lo bueno fue estar reunidos y tener tiempo de conversar, echar chistes y hasta cantar de nuevo.

Este fin de semana a ratos me sentía como si estuviera otra vez en mis años de estudiante universitario cuando no teníamos hijos ni responsabilidades mayores. Esas reuniones con gente de tantos países diferentes me encantan.