domingo, 19 junio 2016
Café Society
Pareciera que Woody Allen hace siempre la misma película y sin embargo siempre me sorprende. Crea un ambiente tan familiar que uno se siente dentro de ellas y se encariña con sus personajes. No es la mejor de todas que he visto de él, pero no está mal. Los actores son buenos, el ambiente de los años 30 está muy bien logrado, la música de jazz la completa muy bien, el ritmo y las imágenes van muy bien juntos. Además tiene su toque de humor característico y las reflexiones filosófico-teológicas de siempre no faltan. Juega muy bien con el sentimiento de lo que pudo haber sido y no fue.
Café Society
Date de sortie 11 mai 2016 (1h36)
De Woody Allen
Avec Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell
Genre Comédie dramatique
Nationalité Américain
Synopsis : New York, dans les années 30. Coincé entre des parents conflictuels, un frère gangster et la bijouterie familiale, Bobby Dorfman a le sentiment d'étouffer ! Il décide donc de tenter sa chance à Hollywood où son oncle Phil, puissant agent de stars, accepte de l'engager comme coursier. À Hollywood, Bobby ne tarde pas à tomber amoureux. Malheureusement, la belle n'est pas libre et il doit se contenter de son amitié.
Jusqu'au jour où elle débarque chez lui pour lui annoncer que son petit ami vient de rompre. Soudain, l'horizon s'éclaire pour Bobby et l'amour semble à portée de main…
http://www.allocine.fr/film/fichefilm_gen_cfilm=236050.html
19:49 Anotado en Películas | Permalink | Comentarios (0) | Tags: cine, estados unidos, tragicomedia
sábado, 18 junio 2016
El otoño del patriarca
Leí este libro hace tanto tiempo (como treinta años) que ya había olvidado su estilo hecho de frases muy largas sin diálogos y con cambios de perspectiva del narrador que hay que seguir con atención para no perderse. Es como leer esos textos donde las letras están trastocadas o una imagen de un texto en un espejo o una página vista al revés o un texto sin espacios. Está claro que el lenguaje es un personaje más en esta novela, quizás el principal.
Me sorprende la coherencia de esta obra creada en épocas en que el computador personal no existía y no podía ayudarle a volver a encontrar fragmentos ya escritos en esas larguísimas frases. Hasta a uno le cuesta trabajo encontrar algo ya leído un par de páginas antes o una palabra que no tuvo tiempo de buscar en el diccionario. Supongo que los tantos nombres de embajadores gringos no se repiten y que Nicanor ni Zacarías sean los nombres del patriarca sin nombre. Me imagino lo difícil que ha debido de ser la traducción de este libro con ese vocabulario tan particular, por ejemplo la mezcla de español antiguo y moderno en la llegada de Colón y esos genitivos que se encadenan peligrosamente y han de verse reflejados como en ruso o árabe.
Preparar una novela que muestre la soledad del poder, que todo tiene su fin hasta un dictador tan sanguinario, poderoso y longevo y que fuera original e impactante ha sido un enorme reto. Esa permanencia solitaria y casi eterna está expresada en las primeras páginas de la novela cuando dice: «ningún mortal lo había visto desde los tiempos del vómito negro, y sin embargo sabíamos que estaba ahí, lo sabíamos porque el mundo seguía, la vida seguía, el correo llegaba, la banda municipal tocaba la retreta de valses bobos de los sábados bajo las palmeras polvorientas y los faroles mustios de la Plaza de Armas, y otros músicos viejos reemplazaban en la banda a los músicos muertos».
En El otoño del patriarca el espacio es todo un país en vez de un pueblo como en los relatos de La cándida Eréndira. La geografía juega un papel en la historia como cuando se llevan el mar o se recorre el país por toda sus regiones desde los altos páramos hasta la costa y selva. Fenómenos naturales asolan el país. Los gobiernos extranjeros negocian con el general ya sea con sus embajadores o representantes del papa. La deuda externa y la corrupción dejan al país tan pobre como siempre ya sea en tiempos de guerra o de paz, con ministros civiles o militares. En otras palabras el extranjero cambia o influye en el país a través del general que es en últimas quien acepta y ordena.
La novela trata el tema del poder y de las dictaduras en una época en que muchos países latinoamericanos sufrían bajo el yugo de militares. Me recordó La divina comedia que también critica el poder de la iglesia, de los ricos y de los políticos de su época. En el canto XXX que trata de los condenados por traición en el infierno, cuando Ugolino muere con sus hijos de inanición encerrado en una torre, Dante escribe «¡Ah, Genoveses! hombres mixturados, de usos diversos, llenos de magaña, ¿por qué no sois del mundo desterrados?». Por su lado el Patriarca critica a los gringos cuando se llevan el mar diciendo «eran ellos los que pensaban las órdenes que me hacían firmar, […] le hacían creer a la gente que la vida era fácil, […] que todo se consigue con plata, […] que la patria es un negocio y que el espíritu del honor era una vaina inventada». En otra novela de dictadores, el Tirano Banderas, me llamó la atención que la moneda tiene varios nombres como para despistar al lector y no dejarlo situar la acción en un país en particular.
Después del poder y la historia, el amor es un tema secundario e interesante, pero no se puede decir que sea una novela de amor. Se me ocurre que el más importante y constante es el amor de Bendición Alvarado por su hijo; ella está presente hasta después de muerta y en los momentos cruciales de la vida del dictador. Él la quiere tanto que busca convertirla en santa. Otro amor que aparece es el carnal y superficial que el Patriarca practica con sus concubinas a quienes ataca por sorpresa en actos animales sin pudor y sin satisfacción real; de ellas tiene muchos hijos, todos sietemesinos. El general tiene otros dos amores en su vida: el platónico por la reina de belleza Manuela Sánchez y el amor por su única esposa la exmonja Leticia Nazareno. El amor le da un toque más humano al general, pues en el ejercicio de su poder desmesurado es implacable y cruel. El último amor que le queda de viejo senil es con las jovencitas alumnas del colegio vecino, pero ya casi impotente no puede más que acariciarlas y tratarlas como si fueran muñecas. De resto nadie lo ama, fuera de unos pocos que lloran sus dos muertes. En general sus ministros, sus militares y el mismo pueblo quieren su muerte.
Al comienzo el dictador aparece muerto en su palacio abandonado y nadie recuerda cómo era en realidad pues había dejado de ser visto desde hacía años. Es un viejo déspota que tiene un harem en su palacio e hijos sietemesinos que ya no sabe de quién son, se comporta como un animal con sus ataques sorpresa a la hora de la siesta con sus mujeres. Se le ve vestido de militar, cuenta la gente que tenía los ojos tristes, taciturnos, los labios pálidos, la mano pensativa o de novia sensitiva que va diciendo adiós, con una voz autoritaria. No encaja dentro de los parámetros de la normalidad pues siendo viejo, como los demás exdictadores que alberga en su país, sigue ejerciendo el poder sin dejarse de nadie. Lo que más me impactó fue su longevidad exagerada y su aislamiento.
La importancia desmesurada del personaje se puede ver en este pasaje: «[...]Patricio Aragonés [su doble perfecto] se convirtió en el doble esencial del poder […] y él dispuso de más tiempo para ocuparse de las fuerzas armadas […] porque eran su enemigo natural más temible». Con su malicia logra dominarlos, en una aplicación perfecta del «divide y conquistarás» que funciona de maravillas. Si no pueden hacer nada contra él, menos el pueblo. La tranquilidad viene de su doble y del fiel general Rodrigo de Aguilar.
Gabriel García Márquez estaba muy inspirado pues parece que anticipara los falso positivos en Colombia, los estudiantes muertos en México o la mujer de Ben Ali en Túnez o el fin de Fidel Castro en Cuba o el fin de los Ceaușescu y tantos dictadores más. Hasta la muerte de Evita Perón y el entierro del presidente Olaya Herrera parecen retratados en esta novela.
En el pasaje sobre la llegada de Colón, García Márquez se divierte jugando con el español antiguo de esa época y el moderno poniendo dellos en vez de de ellos y mostrando la diferencia de vocabulario de la época con el actual poniendo en paralelo las palabras del almirante y las americanas: el mar, el calor, guacamaya, cayuco, arpón, sábalo frente a la mar, la calor, papagayo, almadía, azagaya, peçe. Es decir se imagina lo que los indígenas han podido haber pensado en el momento del encuentro. De alguna manera muestra irónicamente que América ya existía por sí sola antes del «descubrimiento».
Otro caso de intertextualidad es cuando el general escucha el poema La marcha triunfal de Rubén Darío y queda perturbado por la belleza y fuerza del poema. García Márquez juega de nuevo con el vocabulario, el ritmo y tema del texto para darle un giro y resaltar los sentimientos del dictador. Repite los nombres y adjetivos del poeta (claros clarines, arcos triunfales, negros mastines, rudos penachos, jóvenes fieros, rojo verano, gélido invierno) para luego jugar con sus propios pares en el mundo del patriarca (largos delirios, estruendo sísmico, golpes marciales) para terminar en la explosión del atentado que es como el cortejo que anuncia el poema. Muestra dos aspectos contradictorios del mundo militar a lo largo de la historia. Por un lado ese llamado al pueblo a luchar por la patria y por otro la opresión del pueblo por la dictadura militar.
En estos años que separan mi primera lectura de la segunda de hoy, he cambiado y he releído con otros ojos esta excelente novela. Creo que seguirá siendo válida por mucho tiempo ya que los excesos del poder no parecen dejar de existir.
#Flgarciamarquez
12:00 Anotado en Libros | Permalink | Comentarios (0) | Tags: gabriel garcía márquez, literatura, cursos
miércoles, 15 junio 2016
Relato de viaje
Fue durante el vuelo UA1069 Bogotá-Nueva York que vi a mi vecino frotarse nerviosamente las manos junto a sus oídos para probar la nueva pila de su audífono, pues la presión de la cabina por la altitud del avión lo había dejado temporalmente sordo. Es que viajar solo a casi noventa y ocho años de edad es riesgoso y quizás no pueda volver a pasar el invierno en Colombia como de costumbre. El fin de semana anterior se había lastimado la rodilla derecha al caer al piso tras trastabillar en un adoquín mal puesto camino de la misa en la iglesia. Tantos favores que le ha consentido la providencia son de agradecer regularmente con oraciones, me dijo y que si tuviéramos más tiempo me contaría muchos milagros que obtuvo por su fe en Dios.
Fue a los cincuenta y tres años de edad que tuvo que ir a probar fortuna a Nueva York, sin saber inglés, sin amigos en esas lejanas tierras gringas, como consecuencia de haber quedado en bancarrota por culpa de la baja de precios del café y banano, los productos que comerciaba. Con una familia de ocho hijos que mantener, no tenía más remedio que jugársela toda en ese intento. Comenzó de barrendero en un hospital y terminó de asistente de los instrumentistas en la sala de operaciones. Fue una nueva y larga vida de trabajo duro que le permitió llevar a toda su familia a ese nuevo país que tanto le ayudó.
Como uno de sus hijos trabaja en una compañía aérea, puede viajar gratis aunque le toque ponerse en lista de espera y salir cuando haya puesto, claro que tiene derecho a más kilos de equipaje. Una hija vive en Colombia pero el resto está en Estados Unidos. Lamentaba que su esposa hubiera muerto hace unos años, aunque disfrutaron mucho tiempo juntos después de que se jubiló y aprovecharon para recorrer el mundo. Los apartamentos que tiene en Nueva York le impiden estar lejos mucho tiempo. Hay que estar pendiente de lo que pueda pasar, comentó.
Le ayudé allenar el formulario de inmigración y a bajar la maleta. El susto le había pasado cuando recuperó el oído pues encontrarse sordo hubiera sido muy complicado para comunicarse con la gente del aeropuerto y con alguno de sus hijos. Cuando lo vi alejarse en la silla de ruedas en el aeropuerto de Nueva York, me quedé pensando en personas que conozco con menos años que él y con menos ánimo para vivir o menos suerte con la salud y el estado de ánimo. Admirable.