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lunes, 16 agosto 2010

Concierto al aire libre

NV-IMP669.JPGHabía dos conciertos gratuitos esa tarde en el mismo parque de la Vilette. El primero como a las seis era de un grupo africano, el segundo como a las siete y media, de un grupo búlgaro. Asistir a los dos dependería del cansancio de estar de pie en caso de no haber conseguido puesto cómodo. El lugar era suficientemente grande para recibir más de mil personas holgadamente. Ahí nos sentamos a esperar en el prado en medio de la muchedumbre. A nuestro alrededor, familias con niños pequeños, parejas de enamorados, grupos de amigos. Como el grupo era africano, de Costa de Marfil me parece, muchos espectadores eran negros. Me llamó la atención unas mujeres muy blancas de unos cincuenta años rodeadas de hombres negros mucho más jóvenes que ellas, pues me recordaron los documentales de las europeas que van a buscar aventuras a República Dominicana o las Antillas. A pesar de tanta gente junta, el lugar estaba limpio. Al rato comprendí que era gracias a empleados que pasaban regularmente con bolsas de basura recogiendo desperdicios. Así la gente no tiene la tentación de dejar todo tirado. A medida que se acercaba la hora del concierto llegaba más gente. Me encantó ver la vestimenta de unos y otros. La temperatura estaba agradable, ni frío ni calor, el sol se estaba ocultando detrás de los edificios. A la hora prevista subieron al escenario primero un percusionista y luego dos guitarristas. Por último la cantante y estrella del grupo subió con un bonito vestido azul con un turbante que le hacía juego y una calabaza enorme que le servía para marcar el ritmo gracias a unas conchas que a forma de collar la rodeaban. Muchos espectadores se pusieron de pie y empezaron a aplaudir. Me tocó levantarme de mi sitio para poder ver el escenario. Era música alegre que contagiaba el ambiente haciendo bailar y mecerse a mucha gente. Mi hija me hizo notar que la cantante a veces cantaba en árabe. Claro entendí muy pocas palabras como 'gracias', 'todos' y algunas más, pero no me extraña ya que la letra de ciertas canciones siempre me ha costado trabajo descifrar en cualquier idioma. La hora pasó volando y llegó el momento de terminar el concierto e irnos. Son esas oportunidades imprevistas que se presentan en el verano por aquí y que hay que aprovechar.

lunes, 25 enero 2010

Tango

TangoDivonne100123.jpgEstuve viendo este espectáculo el sábado pasado. Casi se me pasa ir pues no lo había anotado. Menos mal había puestos a pesar de que la sala que tiene como cuatrocientas butacas estaba casi llena. No es el mejor espectáculo de tango que haya visto, sobre todo porque no son profesionales, pero me pareció correcto. Hubo una orquesta de unos veinte músicos, un coro, un cantante solista y varios bailarines. La presentación mezcló actuación, con historia del tango, baile, música y canto. Escuchamos tangos viejos y tangos modernos. Fue animado y el público estuvo contento. Quizás como conozco más de esto que el promedio de los espectadores de esa noche, fui demasiado exigente, pero en realidad no estuvo nada mal. De todas formas sale uno con ganas de escuchar tango y de bailar.

Du 22 au 26 janvier (20h30) Tango ! Spectacle musical et théâtral en 2 actes
Avec 6 Concertistes, 25 Choristes, 8 Danseurs et l'Orchestre à Cordes EVIR !
Ad. l'Esplanade du Lac 181, avenue de la Plage 01220 Divonne les Bains
Rens. 04 50 99 17 70

sábado, 31 octubre 2009

Director de orquesta

NV-IMP541.jpgMe gustaría ser músico en una orquesta dirigida por Gustavo Dudamel. Me da la impresión de que se divierten mucho. Me encanta la alegría y energía con la que las dirige. Parece que la orquesta fuera un solo cuerpo de un gigante que respira animado por la batuta. Además las obras que escoge son muy agradables. Pero claro, como no soy músico, es un sueño imposible.

Me gustaría ser miembro de un equipo de programación de un sistema enorme y original en el que participaran los mejores informáticos del mundo. Poder encontrar soluciones geniales e ir construyendo poco a poco un sistema que parezca respirar al ritmo del teclado o de los mensajes electrónicos. Pero claro, como no estoy trabajando en una gran empresa de ingeniería de software, ese sueño no lograré realizarlo.

Me gustaría tener mucho tiempo libre, dormir poco, soñar mucho despierto y dormido, trabajar sin sueldo en empresas culturales de creación literaria, teatral, cinematográfica o de juegos de mente para que la gente se encuentre, hable, se divierta y olvide sus problemas. Pero claro, como el día tiene solo veinticuatro horas de las cuales paso la tercera parte dormido, otra tercera parte trabajando y de tiempo verdaderamente libre no me queda mucho, tocará dejarlo en veremos.

Me gustaría tener el don de la ubiquidad y poder compartir la vida con todas las personas que he conocido y querido en esta vida y que ahora están lejos de mí y yo de ellas, pues el correo electrónico aunque reduce la distancia no reemplaza al encuentro real. Pero este cuerpo limitado de sesenta y pico kilos de peso no tiene sino dos ojos y un corazón que miran y palpita solamente aquí y ahora.

En fin, me gustaría que este instante, en el que escucho la orquesta filarmónica de Berlín dirigida por Dudamel tocando el tango A fuego lento de Horacio Salgán, tengo en la cabeza dos días fresquitos de programación informática por digerir, tengo un poco de tiempo libre que estoy consumiendo y saboreando, tengo un teclado a mi alcance para escribir estas bobadas y una web disponible para colgar el resultado y tocar con los pixeles a una ínfima parte de los ojos y cerebros y corazones de la gente que va a leerlo y que ya por ese simple motivo aunque estén lejos los siento cerca, fuera eterno.

08:00 Anotado en Ocio | Permalink | Comentarios (1) | Tags: tiempo, ubicuidad, sueños, música, deseos