Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

martes, 13 septiembre 2016

Escritura automática

recuerdos, automatismosSerá porque soñé que tenía alzheimer y no reconocía a mis interlocutores o porque acabo de oír una música de flauta andina o porque he estado manipulando más de un millón de palabras válidas en scrabble español y francés. No lo sé. Para escaparme de esas realidades o surrealismos extraños se me ha ocurrido escribir todo lo que se me ocurre en este momento sin dejar (en la medida de lo posible) que las inhibiciones me impidan poner algo en este teclado. El director de orquesta Currentzis es un personaje muy extravagante. De origen griego, estudió dirección en San Peterburgo con los mejores profesores del conservatorio y ahora dirige la orquesta filarmónica de Perm donde aplica sus ideas con una mano férrea. Tengo que estudiar ruso par prepararme a las clases que comienzan la semana entrante. Voy a salir con un chorro de babas. Me inscribí a demasiados MOOC al mismo tiempo: datos masivos, cambio climático y datos cuenta cuentos. También soñé que tenía una orgía con unas jovencitas muy hermosas. La papa fue «creada» por los Incas hace muchos años y ahora es uno de los alimentos que más se consume en todo el planeta. Me sorprende que a estas alturas del mes de septiembre tengamos temperaturas de más de treinta grados centígrados y no llueva desde hace varios días. Estamos compartiendo el clima de España que nos envía un anticiclón de manera persistente y testaruda. «Ojos que no ven, corazón que no siente», decía alguien anoche mientras conversábamos con un grupo de amigos en un restaurante etíope confrontando nuestros puntos de vista sobre la fidelidad, la poligamia, la poliandria, el matrimonio y no sé qué más. Las samusas vegetarianas estaban deliciosas con su salsa picante que tanto le gusta a Matea. Ella dijo que iría y al final no fue. Será otra vez. Vaya. Nada que me contestan de las editoriales que contacté para publicar mis libros en Francia o Colombia. Toca ser muy paciente. Mejor olvidar. ¿Qué tal que haya ganado la lotería y sea rico sin saberlo? Mejor no ganar y no tener nuevos problemas. Mejor no jugar para estar seguro de no ganar. Ya va siendo hora de irme a acostar. Tengo sueño. Espero no volver a soñar que tengo alzheimer, pero sí con las jovencitas sensuales.

 

lunes, 27 septiembre 2010

Corrector ortográfico

horrores.jpgAlguien se quejaba de los procesadores de texto que subrayan en rojo las palabras que les parecen equivocadas, a veces sin razón, pero dejan pasar errores semánticos del tipo: comer como un cardo y más áspero que un cerdo. Lo lógico sería intercambiar cardo y cerdo en estas dos frases. Una vez, en lugar de cuenta escribí cuneta y claro, el programa ni se enteró. Un amigo me contaba que sus alumnos de ingeniería escribían sus informes o tareas con ayuda del corrector ortográfico pero mal usado, pues aceptaban las sugerencias sin pensar. Así cuando escribían extricto por estricto o espresión por expresión podían escoger extracto y es presión sin darse cuenta del disparate. El resultado puede ser hasta cómico. Sin embargo, estos sistemas se han mejorado con el tiempo y es raro que propongan palabras muy diferentes a la que uno quería escribir. Lo bueno es que ahora pueden detectar errores menos superficiales como la concordancia de artículos y adjetivos con los sustantivos correspondientes. Hay que tener cuidado con las correcciones automáticas que va cambiando errores comunes por la palabra correcta, pues puede escoger la palabra que no conviene. El que debe tener la última palabra es el autor y el que escoge lo que quiere escribir., porque si uno decide escribir un texto surrealista con palabras inventadas a propósito el procesador de texto debe dejarnos la vida tranquila.

Esos automatismos parece que se van a generalizar. Ya las fotocopiadores «inteligentes» toman decisiones sin pedir permiso y terminan haciendo lo menos pensado. Se están probando por ejemplo sistemas de corrección del manejo para detectar el peligro antes del conductor y así poderle avisar a tiempo. ¿Cómo será el futuro?