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sábado, 30 octubre 2010

Regreso al trabajo

NV-IMP698.JPG¡Qué aburrido regresar al trabajo y encontrarse con una cantidad enorme de cosas por hacer que se han acumulado durante la ausencia! Esta semana que pasó se me fue volando. Afortunadamente terminé lo que estaba pendiente. ¿Cómo será cuando regrese de Colombia en diciembre después de estar ausente durante un mes dejando en mi trabajo a mis colegas en plena actividad.

Cuando tomo vacaciones largas, ya al final de las mismas, empiezo a sentir ganas de volver al trabajo y a pensar en las tareas que me esperan. Cuando son cortas, no me alcanza a suceder. Lo malo es irse cuando todos los colegas están trabajando. No es lo mismo cuando uno se va en verano y la actividad laboral está reducida.

Cuando los hijos están pequeños o en casa las vacaciones se planean con respecto a los colegios y uno termina viajando como todo el mundo durante los períodos más caros y cargados. Ahora que mis hijos están grandes, aprovechamos para escoger las fechas a nuestra mejor conveniencia. Todo tiene sus ventajas e inconvenientes.

domingo, 06 junio 2010

Trapecio

Cuando vi al señor Knie esta mañana en su despacho, parecía más serio que de costumbre. Empezó a hablar del mal tiempo, de la situación económica difícil, de lo duro que era mantener a flote la empresa familiar que su bisabuelo había fundado y visto crecer y triunfar generación tras generación. Una empresa centenaria de las de antes. Ahora todo reposaba sobre sus hombros y tenía una responsabilidad muy grande. Creí que me iba a despedir. Llevo diez años trabajando con ellos y me siento un miembro más de la familia. Le pregunté directamente si quería echarme. Me calmé cuando me aseguró que yo era uno de los mejores y que sería de los últimos en abandonar. Le contesté que podía contar conmigo, que entre todos saldríamos adelante, que me explicara sus planes. Su idea era reducir drásticamente el personal guardando lo esencial, que como en mi caso éramos seis personas en dos equipos para el mismo trabajo, se quedaría con uno solo equipo de tres personas y que con el dolor del alma despediría al otro. Me pareció sensato y le aseguré que el mío era el mejor de los dos y no habría problemas. Me sorprendió explicándome que en realidad iba a formar un nuevo grupo escogiendo a tres de los seis: uno era yo, el más experimentado, el otro era Carmen la más simpática y disciplinada y el tercero era Pablo el más joven pero el que tenía más potencial para el futuro. Recibí la noticia como una patada en el estómago. «¿Cómo? ¿Quiere que trabaje con ese tipo tan petulante y majadero? ¡Se la pasa hablando mal de mí y de mi equipo, diciendo que él es el mejor y que va a tomar mi puesto. Es la única persona que detesto aquí», le grité. «Se equivoca. El equipo que ustedes tres formarán será mejor que los dos actuales y los resultados serán insuperables. Dentro de un tiempo me lo agradecerán y se los agradeceré. Será difícil pero no imposible. ¡O es así o se van ustedes los tres al carajo y punto!», contestó categóricamente. Me tocó aceptar. Lo complicado será tener confianza en ese mequetrefe. Soy consciente de que es buen trapecista y tiene talento, pero no sé cómo nos irá en el trapecio dependiendo el uno del otro a la fuerza de nuestros brazos. No sé si lo soportaré o él me soportará y si los deseos de dejarnos caer mutuamente desde lo alto de la carpa del circo será más fuerte que alguno de los dos.

jueves, 29 abril 2010

Luxemburgo

NV-IMP639.JPGHe venido muchas veces a esta ciudad pero siempre por trabajo. Hace como un cuarto de siglo me tocó venir muy a menudo por un proyecto de traducción automática europeo para el que trabajaba. Hace tres años estuve por última vez y ahora de nuevo ando por aquí durante tres días. Es una ciudad pequeña, llena de bancos y de organismos de la Unión Europea. Tiene cierto aire parecido a Berna, Suiza, quizás por los puentes y las colinas. Hablan un idioma parecido al alemán pero también francés. No parece ser una ciudad muy divertida. Al menos en esta época del año el tiempo está soleado y el clima agradable. Parece que en invierno es lleno de bruma y nubes. A primera vista no me gustaría vivir aquí, pero viendo los proyectos de informática lingüística y los medios que tiene a su disposición, creo que sí aceptaría venir a trabajar con ellos. Lo que pasa es que los puestos son para nacionales de los países miembros y no es el caso. En fin, no me quejo del trabajo en Ginebra, ni de las posibilidades que tiene la ciudad helvecia. Menos mal que la nube volcánica de la semana pasada no nos daño la reunión. Espero que no se vaya a despertar le volcán de aquí al viernes para poder regresar sin problema. El vuelo dura menos de una hora.

08:00 Anotado en Viajes | Permalink | Comentarios (0) | Tags: trabajo, reuniones