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Una comedia simpática donde los actores no se parecen a los personajes que representan, pero los imitan muy bien, sobre todo por los gestos y maneras. Se trata de dos expresidentes de Francia retirados de la vida pública, que sin embargo quisieran volver a la política y el poder. Es una película para gente que conoce este país. Es divertida, sin pretensiones. No se imagina uno cómo será el final, pues la situación es loca y cada vez más absurda. Me pareció que la directora logró encajar bien el desenlace. Me divertí a pesar de que me pareció un poco larga. Hacía mucho tiempo no iba a una verdadera sala de cine y me hacía falta.

Présidents
Genre: comédie
Film: France
Durée: 1H40
sortie le 30 juin 2021
France
Réalisateur : Anne Fontaine

Avec : Jean Dujardin, Grégory Gadebois, Doria Tillier, Pascale Arbillot, Jean-Charles Clichet, Pierre Lottin, Jean-Michel Lahmi, Roxane Bret, Denis Podalydès, Cyril Couton.

Synopsis : Nicolas, un ancien Président de la République, supporte mal l'arrêt de sa vie politique. Les circonstances lui permettent d'espérer un retour sur le devant de la scène. Mais il lui faut un allié. Nicolas va donc partir en Corrèze, pour convaincre François, un autre ancien Président (qui, lui, coule une retraite heureuse à la campagne) de faire équipe avec lui. François se pique au jeu, tandis que Nicolas découvre que le bonheur n'est peut-être pas là où il croyait... Et leurs compagnes respectives, elles, vont bientôt se mettre de la partie.

https://fr.wikipedia.org/wiki/Pr%C3%A9sidents

Pues resulta que a finales de mayo fuimos a uno de los pub cercanos al apartamento en Bogotá. Antes de entrar nos cruzamos con un argentino vecino del edificio que paseaba a su perro. Nos saludamos. Llovía un poco. Él siguió su camino.
Buscamos una mesa al interior, pues la terraza parecía húmeda. Seríamos unos ocho clientes adentro y unos seis afuera. Miramos la carta por internet gracias al qrcode. La música es siempre fuerte en esos bares. Ya habíamos ordenado nuestro pedido cuando regresó la mesera a proponernos que tomáramos más bien la cerveza más cara del pub, pues un cliente nos quería invitar y pagar toda nuestra cuenta.
Sorpresa. Pensamos que fuera el argentino, pero no estaba ahí. Dudamos en aceptar, pero lo hicimos. Miramos a todos los clientes tratando de adivinar quién nos hacía esa atención.
Cuando nos trajeron el pedido, nos dejaron la factura pagada con una nota manuscrita que decía: ojalá todos los jóvenes pudiésemos ser como ustedes, abrazo y admiración. 
Levantamos de nuevo la mirada y vimos a los jóvenes que nos habían invitado y brindaban con nosotros desde lejos.
Muy amables. Imaginamos que les recordamos a sus padres o abuelos. Calculo que tendrían unos 25 años. No demoraron en irse. Primera vez en la vida que nos pasa esto.

Sombras sobre la acera se alargan en movimiento bajo la luz del farol vecino sin que yo pueda identificar de qué se trata detrás de los muros de la casa aledaña, un restaurante muy concurrido en las noches.  Una canción italiana y una guitarra amplificadas por un altavoz portatil vuelan desde el mismo lugar enviándome indicios de un espectáculo itinerante por las calles bogotanas. Imagino un sombrero tirado en el suelo esperando unas monedas como una boca hambrienta abierta mientras uno más de miles venezolanos inmigrantes troca su canto por un amargo sustento diario.