jueves, 13 agosto 2009
Duelo de celulares
No sé muy bien por qué me gusta esta foto que tomé en un parque de Lausana el fin de semana pasado. Las dos personas que caminan parecen tener un teléfono celular en el oído. Parece que se estuvieran llamando mutuamente y hablando sin verse. Podría ser la madre y el hijo. Las tres personas sentadas en el banco son testigos de ese encuentro y desencuentro. No se ve que ellas estén hablando entre sí, sino más bien pensativas con sus mentes en otros mundos. Cinco personas físicamente en el mismo espacio y sin embargo como si no estuvieran ahí.
Recuerdo imágenes de películas de vaqueros en las que dos pistoleros se encuentran en una calle polvorienta y solitaria en pleno sol mientras los testigos se esconden detrás de las cortinas de las casas y cantinas. El sheriff contra el bandido o dos bandidos entre sí.
Aquí el duelo es con teléfonos. Se acercan desde lejos cargando las ondas electromagnéticas de la incomunicación. Dentro de unos instantes se detendrán, se darán cuenta de que están frente a frente, se reconocerán y apuntarán certeramente sus teléfonos en dirección del otro, apoyarán en el gatillo del botón off para hacer desaparecer a su adversario como se cambia de canal de televisión con el control remoto. Serán tan certeros que los dos irán a desaparecer dejando atónitos a los tres testigos del banco. Los espectros se materializarán a kilómetros de distancia en casas ajenas, transformados por la teletransportación sin recordar muy bien lo sucedido. Las tres señoras se mirarán sorprendidas y se levantarán rápidamente para tratar de olvidar esa visión extraña de ciencia ficción sacada de la cabeza del fotógrafo que desde lo alto de una colina guardará como un tesoro la prueba del duelo de los celulares.
10:04 Anotado en Fotografía | Permalink | Comentarios (0) | Tags: imaginación, vaqueros, comunicación, tecnología
miércoles, 12 agosto 2009
¿Suelo o solo?
Estaba comentando con mi hija sobre esos verbos irregulares en español que diptongan según el acento prosódico: morir, muero, contar, cuento, tronar, trueno. Me pareció curioso que tenemos por ejemplo moro y muero para los verbos morar y morir, pero no hay (¿o se habrá dado en otro tiempo?) trono y trueno para el verbo tronar, el primero con el sentido de reinar o pavonear, el segundo con cualquiera de los tantos sentidos con que aparece en el diccionario, pues en francés sí tenemos el verbo «troner». ¿Se da el caso de un verbo que tenga declinación diferente según el sentido? No se me ocurre ninguno. Lo que sí es más común es que una misma conjugación se dé para dos verbos diferentes: vengo (para vengar y venir).
Afortunadamente obtuve esta respuesta en un foro sobre el idioma donde me citan del DPP (Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española, http://www.rae.es):
asolar. 1. Infinitivo de dos verbos transitivos etimológicamente diversos:
a) ‘Arrasar o destruir completamente [un lugar]’. Procede del latín assolare (‘derribar o echar al suelo’), es irregular y se conjuga como contar (→ APÉNDICE 1, n.º 26); por tanto, la vocal o de la raíz diptonga cuando es tónica: «Las fuerzas de Carlos V [...] saquean y asuelan Roma» (Cardoza Guatemala [Guat. 1985]); pero no diptongan las formas en que la raíz es átona: «Muchas veces asolamos poblados [...]. Tras nuestro paso apenas quedaban cenizas» (Arenales Arauco [Esp. 1992]).
b) Dicho del sol, la sequía o el calor, ‘secar [un campo]’. Este verbo, formado sobre el sustantivo español sol, es regular y, por tanto, no diptonga en ninguna de sus formas: «Ha montado el Partido del Agua para luchar contra la sequía que asola la zona» (Tiempo [Esp.] 29.5.95).
2. La distinción entre uno y otro verbo está desapareciendo: ambos comparten el sentido profundo de ‘destruir por completo’ y tienden a conjugarse como regulares. Por tanto, hoy son normales en la lengua culta las formas asolo, asolas, etc., también para el primero de los verbos indicados: «El tifón Linda [...] asola Vietnam y Tailandia» (Picazo Grillos [Esp. 2000]).
¡Curiosidades del idioma! ¿Se dará esto también francés?
11:04 Anotado en Lengua | Permalink | Comentarios (2) | Tags: verbos irregulares, diptongos, curiosidades
martes, 11 agosto 2009
Whatever Works
Me reí mucho viendo esta última comedia de Woody Allen. Aunque se parece a algunas de sus anteriores realizaciones, no me canso de ver la manera en que mezcla temas serios existenciales con la realidad cotidiana. Son tan exagerados los contrastes entre los personajes y situaciones que lo cómico resalta de inmediato. Creo que el título inglés se ha mantenido también en español. En los subtítulos franceses la expresión aparece traducida varias veces, si no recuerdo mal, como «tant que ça marche»; es decir, que lo que cuenta al fin y al cabo es el resultado sin necesidad de pensar mucho en las razones profundas de los actos, que hay que disfrutar de la vida mientras dure.
En esta se da el caso de un viejo genio de la física que se encuentra con una joven bonita y simplona mentalmente por una casualidad de la vida y a partir de ese momento dos mundos antagonistas se van mezclando poco a poco. El viejo Boris es un personaje insatisfecho que ha fracasado en muchas cosas y se ha convertido en un cascarrabias, imprudente, neurótico que en cierta manera desprecia el mundo pues se siente un ser superior. La joven es ingenua e inmadura, pero se encariña del viejo que la ha albergado. Después aparecen los padres de la chica y las cosas se van enredando con el choque entre la cultura provincial y puritana de los padres y la vida neoyorkina tan diferente. La actuación es buena, el ritmo también. Tiene escenas sorprendentes en las que el personaje principal se dirige a los espectadores en la sala de cine. Es increíble que Woody Allen lleve tanto tiempo produciendo cine y siga teniendo éxito y renovándose.
Whatever Works
Date de sortie : 01 Juillet 2009
Réalisé par Woody Allen
Avec Larry David, Evan Rachel Wood, Ed Begley Jr.
Film américain. Genre : Comédie, Romance
Durée : 1h 32min. Année de production : 2009
Distribué par Mars Distribution
Synopsis
Boris Yellnikoff est un génie de la physique qui a raté son mariage, son prix Nobel et même son suicide. Désormais, ce brillant misanthrope vit seul, jusqu'au soir où une jeune fugueuse, Melody, se retrouve affamée et transie de froid devant sa porte. Boris lui accorde l'asile pour quelques nuits. Rapidement, Melody s'installe. Les commentaires cyniques de Boris n'entament pas sa joie de vivre et peu à peu, cet étrange couple apprend à cohabiter. Malgré son esprit supérieur, Boris finit par apprécier la compagnie de cette simple jeune femme et contre toute attente, ils vont même jusqu'à se marier, trouvant chacun leur équilibre dans la différence de l'autre.
Un an plus tard, leur bonheur est troublé par l'arrivée soudaine de la mère de Melody, Marietta. Celle-ci a fui son mari, qui l'a trompée avec sa meilleure amie. Découvrant que sa fille est non seulement mariée, mais que son époux est un vieil excentrique bien plus âgé qu'elle, Marietta s'évanouit. Pour détendre l'atmosphère, Boris emmène Melody et sa mère au restaurant avec un ami, Leo Brockman...
http://www.allocine.fr/film/fichefilm_gen_cfilm=134107.html
16:34 Anotado en Películas | Permalink | Comentarios (0) | Tags: comedia, woody allen