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viernes, 11 junio 2010

Mundial de fútbol

NV-IMP648.JPGEl recuerdo más antiguo que tengo de un Mundial de Fútbol es de 1962. Creo que era en Chile, cuando Colombia casi le gana a la Unión Soviética y se inventaron eso de que CCCP quería decir «con Colombia casi perdemos». Mi hermano estaba con un amigo del barrio escuchando un partido en la radio del carro de mi abuelo dentro del garaje. Me acerqué a ver qué pasaba y me enteré del campeonato. No he sido aficionado al fútbol, pero cada cuatro años termino viendo más partidos que durante los cuatro años que lo preceden.

En 1966 fue la primera vez que se transmitió por televisión. Recuerdo las imágenes en blanco y negro y los partidos que veíamos en familia y con amiguitos del barrio en la casa de unos y otros. En 1970 yo estaba en el colegio y me encantó; fue la vez que Brasil ganó con un equipo maravilloso en México. En el 74 ya no me acuerdo bien cómo pasó, pero yo ya estaba en la universidad en Bogotá. En el 78 sucedió cuando estaba preparando mi viaje a Francia. Vi la final en París con tanto sueño por el cambio de horario que los recuerdos son una mezcla de imágenes en una residencia de estudiantes con un equipo holandés color naranja que corría como loco mientras yo dormía y me despertaba a cada grito de los presentes.

En el 82 estaba en Praga en una conferencia de lingüística computacional. Vi algunos partidos en el bar del hotel en medio de gritos de mucha gente. Del 86 ni el 90 tengo recuerdos precisos. En el 94 ya estaba trabajando en Ginebra y recuerdo el partido de Colombia contra Estados Unidos en el que un colombiano hizo un autogol y a los pocos meses murió violentamente al salir de una discoteca en Medellín. En el 98 fue Francia el campeón y el día de la final no pude verla porque se varó mi carro y mientras venían los del TCS a ayudarme, se pasó el partido. Del 2002 no recuerdo nada en particular. Del 2006 recuerdo que el día del cabezazo de Ziddanne al jugador italiano, estábamos viendo el partido en un hotel de Taxco, México. ¡A ver qué recuerdos me quedarán del de este año en Suráfrica!

12:05 Anotado en Recuerdos | Permalink | Comentarios (5) | Tags: fútbol, deporte, campeonato

martes, 08 junio 2010

Diplopoda y narcisos

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Un simple paseo a la montaña lo puede llevar a uno a revisar sus conocimientos de botánica, zoología y mitología. Me sucedió el domingo en una salida al Plateau du Retord cerca de Bellegarde-sur-Valserine pues era la fiesta de los narcisos que celebran en esta época desde hace varios años. Tuvimos suerte pues el mal tiempo anunciado llegó justo cuando nos estábamos regresando a eso de las cuatro de la tarde. Los campos estaban llenos de narcisos, una flores blancas muy perfumadas, que se pueden recoger si uno respeta la planta sin dañarla y no exagera en la cantidad pues es una planta más bien rara. Caminamos como cuatro horas entre paisajes muy agradables.

Surgió la pregunta de la relación entre el narciso y el narcisismo. Yo me acordaba sin muchos detalles del mito de Narciso que se había enamorado de su imagen reflejada en un río, se quedó mirándola, cayó al agua y se ahogó. Pero, ¿qué relación hay entre el nombre de la flor y el personaje mítico?

Después en el camino hablando de insectos y arañas, llegamos al tema de los ciempiés. Dije que era gracioso que en francés el animalito tuviera mil patas y en español solo cien. Me comentaron que en realidad hay dos animales diferentes: uno es el milpatas y otro, el ciempiés. Hasta un amigo encontró un animal en el parque que tenía la forma de una bola negra pero que en realidad era un pariente del ciempiés. Nadie supo su nombre en español ni francés. Él lo conocía en alemán.

Llegando a casa la curiosidad me picó y gracias a las enciclopedias y al la Internet. Descubrí (ver enlaces adjunto) que se supone que la flor se llama así por el personaje mitológico y no al contrario, que en su historia hay relatos de homosexualidad y también aparece la ninfa Eco (la pobre no podía hablar sino repetir el final de lo que oía), que el animal se llama diplodopa y puede ser venenoso. Si uno camina descalzo y lo pica uno de ellos le puede ir mal. Como decía Sócrates: solo sé que nada sé.

18:00 Anotado en Naturaleza | Permalink | Comentarios (1) | Tags: mitos, botánica, zoología

domingo, 06 junio 2010

Trapecio

Cuando vi al señor Knie esta mañana en su despacho, parecía más serio que de costumbre. Empezó a hablar del mal tiempo, de la situación económica difícil, de lo duro que era mantener a flote la empresa familiar que su bisabuelo había fundado y visto crecer y triunfar generación tras generación. Una empresa centenaria de las de antes. Ahora todo reposaba sobre sus hombros y tenía una responsabilidad muy grande. Creí que me iba a despedir. Llevo diez años trabajando con ellos y me siento un miembro más de la familia. Le pregunté directamente si quería echarme. Me calmé cuando me aseguró que yo era uno de los mejores y que sería de los últimos en abandonar. Le contesté que podía contar conmigo, que entre todos saldríamos adelante, que me explicara sus planes. Su idea era reducir drásticamente el personal guardando lo esencial, que como en mi caso éramos seis personas en dos equipos para el mismo trabajo, se quedaría con uno solo equipo de tres personas y que con el dolor del alma despediría al otro. Me pareció sensato y le aseguré que el mío era el mejor de los dos y no habría problemas. Me sorprendió explicándome que en realidad iba a formar un nuevo grupo escogiendo a tres de los seis: uno era yo, el más experimentado, el otro era Carmen la más simpática y disciplinada y el tercero era Pablo el más joven pero el que tenía más potencial para el futuro. Recibí la noticia como una patada en el estómago. «¿Cómo? ¿Quiere que trabaje con ese tipo tan petulante y majadero? ¡Se la pasa hablando mal de mí y de mi equipo, diciendo que él es el mejor y que va a tomar mi puesto. Es la única persona que detesto aquí», le grité. «Se equivoca. El equipo que ustedes tres formarán será mejor que los dos actuales y los resultados serán insuperables. Dentro de un tiempo me lo agradecerán y se los agradeceré. Será difícil pero no imposible. ¡O es así o se van ustedes los tres al carajo y punto!», contestó categóricamente. Me tocó aceptar. Lo complicado será tener confianza en ese mequetrefe. Soy consciente de que es buen trapecista y tiene talento, pero no sé cómo nos irá en el trapecio dependiendo el uno del otro a la fuerza de nuestros brazos. No sé si lo soportaré o él me soportará y si los deseos de dejarnos caer mutuamente desde lo alto de la carpa del circo será más fuerte que alguno de los dos.